- El peso mexicano se deprecia frente al dólar estadounidense, alcanzando niveles no vistos desde octubre de 2022.
- La economía mexicana, estrechamente ligada a la de Estados Unidos, resiente cualquier señal de desaceleración o inestabilidad en su principal socio comercial.
- La caída histórica en la Bolsa de Tokio también impacta en México, ya que los inversores están sacando yenes de países como México, donde se aplicaban estrategias de “carry trade”, para regresar el dinero a Japón ante el aumento de tasas de interés.
El peso mexicano se sigue depreciando frente al dólar estadounidense este lunes, siguiendo la tendencia negativa que había mostrado durante el fin de semana.
Esta situación se debe a un entorno adverso para los activos de riesgo, motivado por el creciente temor a que Estados Unidos pueda estar al borde de una recesión.
En operaciones en el extranjero, la moneda mexicana cotizó este lunes 5 de agosto por la mañana a 19,71 pesos por dólar, habiendo alcanzado un máximo de 20,04, lo que representa una pérdida cercana al 5% respecto al precio de referencia del viernes.
Este nivel no se veía desde octubre de 2022.
Así, el peso se perfila para su tercera jornada consecutiva de pérdidas, después de que el jueves se revelara que la actividad manufacturera en Estados Unidos cayó a su nivel más bajo en ocho meses.
A esto se suma un mal informe laboral en Estados Unidos el viernes pasado, exacerbando las malas perspectivas económicas.
Sensibilidad de México a la economía estadounidense
México es particularmente vulnerable a los cambios en la economía de Estados Unidos, su principal socio comercial y destino de más del 80% de sus exportaciones.
La economía mexicana, estrechamente ligada a la del país que por ahora gobierna Joe Biden, resiente cualquier señal de desaceleración o inestabilidad en Estados Unidos.
La divisa mexicana, que durante mucho tiempo se mantuvo como una de las más estables frente al dólar, está bajo fuerte presión desde las elecciones de junio.
La victoria de Morena abrió la puerta a una polémica reforma del sistema de justicia, lo que genera temores sobre el clima de negocios en el país.
Desde entonces, el “súper peso” ha acumulado una pérdida cercana al 18%.
Afecta también la incertidumbre en torno a las elecciones en Estados Unidos de noviembre.
Repercusiones en el sector financiero
El desplome del peso tiene consecuencias para la economía mexicana. Los inversionistas extranjeros pueden sentirse menos inclinados a invertir en el país, aumentando la salida de capitales y reduciendo la inversión extranjera directa.
Además, una moneda más débil puede incrementar los costos de las importaciones, lo que en general se traduce en inflación y afectar el poder adquisitivo de los mexicanos.
El sector financiero, en particular, siente la presión de esta volatilidad. Los bancos deben ajustar sus estrategias para manejar el riesgo cambiario y la incertidumbre económica, lo que podría llevar a una mayor cautela en el otorgamiento de créditos y financiamiento.
La depreciación del peso respecto al dólar también tiene implicaciones directas para la industria de la publicidad y el marketing en México porque puede llevar a las empresas a recortar sus presupuestos publicitarios.
Los problemas en Japón y cómo afectan al “súper peso” en México
La caída histórica de más del 12% en la bolsa de Japón también impacta en México. ¿Cómo? La deuda pública de Japón en 1980 se encontraba en el 47.8% de su PIB, actualmente está en el 220%
Para poder sostener la economía, el gobierno ha tenido que mantener sus tasas de interés en casi 0% desde 1992. En paralelo, en México y otros países, las tasas de interés subieron hasta el 11% (o más). Así, los inversores comenzaron a operar un movimiento conocido como “Carry Trade”: pedían prestado yenes con interés del 0% y llevaban a México y otros países donde ese mismo dinero paga 11% de interés (o más).
El problema es que si se sacan montañas de yenes de Japón, se generan complicaciones en esa economía; la contracara del del “súper peso” mexicano.
Ahora Japón, por la depreciación del yen y la caída de su economía, decidió subir su tasa de interés al 0.25% (y la seguirá subiendo).
En respuesta, los inversores sacan los yenes de México y de esos otros países y los regresan a Japón en busca de mejores oportunidades.
Algo de contexto: en Japón está aumentando sin freno la cantidad de personas que llegan a la edad de la jubilación y la tasa de natalidad es negativa hace años, por lo que gobierno nipón se ve obligado a vender sus bonos estadounidenses para obtener más yenes porque ya cada vez hay menos jóvenes que produzcan.
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