El Partido Acción Nacional (PAN) es una de las instituciones políticas que fungen como protagonista de cara al proceso electoral del 1 de julio, con una línea conservadora y siendo el segundo partido en gobernar México, después del Partido Revolucionario Institucional (PRI), busca llegar de nueva cuenta a Los Pinos de la mando de Ricardo Anaya Cortés.

Sus estatutos establecen que su posición ideológica es el humanismo político, la cual consideran es de centro. Por razones de estudios, de acuerdo con diversos analistas lo posicionan en la derecha.

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Historia

La institución política fue fundada en 1939 por Manuel Gómez Morín, al año siguiente (1940), fue creado como un partido que se alejaba del caudillismo y buscaba la institucionalidad de la democracia, logró su primera diputación en 1946, y su primer municipio, Quiroga, Michoacán, en 1947. Sin embargo, mantuvo una presencia marginal en el gobierno.

En 1952, contendió por primera vez a la presidencia de la República con Efraín González Luna como candidato. A pesar de haber ganado aproximadamente 13 por ciento de la votación en las elecciones generales de 1970, una cifra muy alta para un sistema de partido preponderante, el partido sufrió un declive que tocó fondo en 1976, cuando no pudo acordar el proponer candidato a la presidencia y no pudo participar en las elecciones de ese año.

A partir de ese año inicia el proceso de incrustación de grupos empresariales (neopanistas) descontentos por el libertinaje económico en que incurrieron los presidentes Luis Echeverría y José López Portillo, y se conjuga con la gradual apertura del país en materia democrática y electoral a partir de la Reforma Política de 1977, con lo cual empezarían a cosecharse los frutos como oposición.

En 1988 postuló a Manuel de Jesús Clouthier del Rincón, conocido como Maquío, quien le imprimió a la campaña presidencial del PAN una nueva dinámica de acción política nunca antes vista.

Clouthier decía que buscaba “hacerle un boquete al sistema” por el cual “pasara” la democracia; además, buscaba desmitificar la figura presidencial que tanto daño había hecho al país, y como tercer propósito, además de ganar la Presidencia de la República, crear un sistema político basado en la idea de “tanta sociedad como sea posible y tanto gobierno como sea necesario”.

En el año 2000, como parte de la Alianza por el Cambio junto con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y después de más de seis décadas de participación política opositora, Vicente Fox Quesada fue elegido presidente de México, terminando así con la extensa hegemonía del PRI.

En las elecciones presidenciales de 2006, Acción Nacional obtuvo el primer lugar entre los partidos y coaliciones que contendieron convirtiendo a Felipe Calderón Hinojosa en el segundo presidente de México emanado del PAN.

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Publicidad y propaganda política

En su primera contienda presidencial podemos observar la sobriedad que tenía el partido al enfrentar al mecanismo político que ya representaba el Partido de la Revolución Mexicana (PRM que después sería el PRI) y aunque los recursos eran más limitados, pueden observarse los elementos parecidos a los que forman parte de la identidad de la agrupación.

La campaña de Manuel de Jesús Clouthier “Maquio”, forma una brecha en la manera en la que el PAN hace campaña, ya que comienza a generar mensajes de impacto, mismo que se vestía de denuncia ante la realidad de ese momento, la cual era la manera en la que el PRI gobernaba y ganaba elecciones.

Una de las campañas más exitosas del equipo de Acción Nacional, sin duda es la de las elecciones del año 2000, con la cual Vicente Fox emprendió la frase “México Ya!”, acompañada de una canción con una frase distintiva y sonidos que le hicieron memorable dentro de la estrategia política nacional.

Por su parte, una de las estrategias en las que más erró el panismo fue con la de Josefina Vázquez Mota en 2012, misma que trató de darle un giro al tema de inseguridad, justo en medio de la llamada “Guerra contra el narcotráfico” que había emprendido el entonces mandatario, Felipe Calderón, con un saldo de más de 120 mil homicidios dolosos, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP).