La generación de riqueza es un tema que atrae fácilmente el interés de muchos. Puedes encontrar mucho material que te hable de “cómo generar riqueza”, de cuáles son los mejores hábitos para “hacer dinero” y las fórmulas que debes “realizar” o “lograr” para atraer dinero a tu vida. Se habla una y otra vez de lo mismo y, sin embargo, considero que dichos puntos pueden no ser tan eficaces como prometen porque a veces, el tema se aborda erróneamente desde un principio.
Si bien el factor dinero es el más importante para la gran mayoría, hay que saber diferenciarlo de la generación de riqueza. Aunque ambos términos suelen identificarse como lo mismo, la riqueza puede ser mucho más que hacer dinero, ya que implica la generación de un valor añadido real en lo que hacemos. La riqueza la puedes entender como: “Un estado en el que desarrollamos un propósito, mediante nuestras ideas, nuestro trabajo y consistencia a través del tiempo”. El dinero es sólo una de las consecuencias que manifiesta la riqueza que estamos generando.
Más allá de las recetas para “hacer más dinero”, considero 3 puntos fundamentales para la generación de riqueza:
Define tu motivación
Cuando buscamos un resultado, es muy importante enfocarnos en definirnos a nosotros mismos, encontrando una motivación que resuene en nuestro interior y que abra paso a una forma “única y personal” de “procesar las cosas”. Al adoptar este proceso de manera estable y consistente, el resultado llegará como una consecuencia natural.
La generación de riqueza es un estado que hay que adoptar, no un logro que se “tenga que” alcanzar. En ese estado, las actividades que realizamos se rigen por un propósito que identificamos como propio y que, en cierta forma, corresponde con quienes somos, con lo que nos gusta y con lo que sabemos que hacemos una diferencia para nosotros mismos y para los demás.
Invierte inteligentemente tu energía y tu tiempo
Ya lo he mencionado en anteriores ocasiones. Las dos variables más importantes para la consecución de cualquier meta son tu energía y tu tiempo. De la forma como las relaciones en tu mente y accionar, se derivarán en gran medida los resultados que obtengas en las cosas que haces.
Tu mente define el “estado de conciencia” desde el que actúas y es dónde te autodefines como la persona que eres con los intereses, pasión y anhelos que te motivan. Es dónde estableces y adoptas el propósito que eliges desarrollar y conseguir. Al mismo tiempo debes considerar también la energía y el tiempo que requieres invertir en cada actividad y “el retorno” que obtendrás a cambio para la consecución del propósito que estableciste.
Distingue la generación de riqueza en cada actividad
Es cierto que todos los días, todas las personas tenemos que hacer un poco de todo. Desde temas personales y de esparcimiento, hasta actividades burocráticas en la oficina. Aquí es muy importante que, además de que sepas cuanta energía y tiempo te requiere cada una de las actividades que tienes que realizar, sepas el grado de generación de riqueza que aporta. Las personas que se estancan son, generalmente, excelentes ejecutores que pueden tener un día lleno de actividades, siendo MUY productivos y eficientes, pero que con las actividades que realizaron generaron poca riqueza. Lo importante es destinar la mayor cantidad de mente, energía y tiempo a las actividades que generan riqueza. Es decir, actividades que realmente aporten a tu propósito.
Estas consideraciones son importantes ya que, al definir tus auténticas motivaciones, podrás establecer un propósito de manera consciente, el cual te permitirá invertir de manera más inteligente y eficiente tus principales activos (Mente, energía y tiempo), además de que te facilitará y fomentará la consistencia en las actividades que realizas. Eres bienvenido para comentar y participar en este espacio. Sígueme en Twitter en @carlosluer. Nos seguimos leyendo por aquí.
