• Algunos bancos de México esperan que el impago de créditos se extienda por el resto de 2020 y hasta 2021

• Sin embargo, se está trabajando para permitir a los clientes más y mejores opciones de pago para reducir la incidencia

• Casi todas las instituciones financieras del país están de acuerdo que el impacto más duro fue en el segundo trimestre

Al principio de la pandemia, muchas compañías, instituciones e individuos entendieron que se iba a necesitar un esfuerzo extraordinario para poder sobrevivir a la crisis sanitaria. Al cierre de la economía, todo el país se enfrentó a una caída en productividad que, a más de tres meses del primer caso en México, no se puede extender. Pero aunque las compañías están tratando de salir adelante, muchos individuos no podrán regresar a la normalidad. Los bancos lo saben.

De hecho, de acuerdo con Milenio, las instituciones financieras del país están tan conscientes de la situación económica de los consumidores que se están preparando para lo peor. Los cinco grandes bancos de México, BBVA, Banorte, Santander, HSBC y Citibanamex han creado un nuevo fondo de emergencia. Los recursos, de 62 mil millones de pesos (mdp) para el primer semestre y que crecieron en 21 mil 500 mdp el segundo, es lidiar con la inevitable moratoria.

Todos los bancos del país se están preparando para una alta tasa de morosidad en México. Esto, porque muchos de los ciudadanos no tendrán recursos para lidiar con los compromisos crediticios, a raíz de la pérdida de empleo y la caída de la economía. La idea de los recursos es evitar un golpe a los balances financieros de sus compañías. Específicamente, agentes como Santander han dicho que estas previsiones podrían estar activas entre tres y hasta 12 meses.

Situación de los bancos, un reflejo de la economía de México

Éste fenómeno es solo uno de tantos que demuestran la verdadera situación e impacto de la crisis sanitaria en la economía internacional. Al igual que los bancos de México, cadenas como Alsea están tomando medidas radicales para paliar el impacto de la baja actividad económica en el negocio. También ha creado quejas en cuanto a la disparidad entre los salarios de los directivos y sus colaboradores. Muchas marcas luchan por reanudar como sea sus ingresos.

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Pero hay que volver momentáneamente a la situación de los bancos. Es evidente que, aún si el costo para estas instituciones será alto, no habrá ningún problema para poder enfrentar las altas tasas de morosidad de sus clientes. El objetivo del fondo es precisamente poder seguir adelante con su negocio, aún si muchos individuos o pequeños negocios caen en el impago. Sin embargo, sí pinta un escenario preocupante para todos los deudores de estas compañías.

Hay que recordar que, al inicio de la pandemia, se le permitió a los clientes de los bancos dejar de pagar créditos y deudas, como un apoyo por la crisis. Ahora todo parece indicar que estas facilidades solidarias dejarán de aplicar. No hay duda que todos los agentes en el mercado están sufriendo por la crisis. Pero es a los individuos y negocios vulnerables a los que espera el peor futuro. Y se necesitan más iniciativas, privadas y de gobierno, para poder apoyarlos.

Acciones solidarias de las instituciones financieras

Como ejemplo para los bancos de México, se podrían ver otras activaciones de las marcas en torno a la pandemia para ayudar a los consumidores. Por ejemplo, Sognare continúa dando facilidades y ventajas al personal médico que está luchando directo contra la pandemia. Otras marcas, al estilo de Samuel Adams, están tratando de fomentar entre el público prácticas más sanas de la nueva normalidad. Hay marcas que se están centrando en atender necesidades.

Para el caso específico de los bancos, en México u otros países afectados por la crisis de la COVID-19, hay varios proyectos que podrían emprender. De acuerdo con McKinsey, el solo ofrecer una experiencia de cliente adecuada ayudará a público a sobrellevar mejor toda esta pandemia. Por otro lado, Silver Cloud apunta que se debe de apostar fuerte en tener mejores prácticas sanitarias en las sucursales. Y el Banco Mundial sugiere crear nuevos productos.