-
Este lunes, trabajadores de Hyundai en India hicieron una pequeña manifestación, deteniendo la producción de coches por un breve tiempo
-
Colaboradores de Renault-Nissan en Tamil Nadu aseguran que las marcas no hacen suficiente para efectuar la sana distancia por la COVID-19
-
Sin embargo, la alianza automotriz aseguró que estas acusaciones son falsas, y que debe continuar su producción para cumplir con la demanda
Parece que el ciclo de la COVID-19 vuelve a comenzar, al menos en la India. Así como hicieron en los primeros meses de la pandemia, de acuerdo con Reuters, Renault, su aliada Nissan y Hyundai tendrán que cerrar sus instalaciones de producción en el país. Esto, a raíz de una serie de protestas de sus trabajadores ante el aumento de casos por el virus en toda la nación. El personal comenzará huelgas porque aún no se les ha cedido sus peticiones de seguridad.
Los trabajadores de la planta de Renault y Nissan en el estado de Tamil Nadu comenzarán su movilización este miércoles, según el sindicato que representa a sus trabajadores. Por su lado, Hyundai aceptó enviar a casa a sus colaboradores de las instalaciones que tiene en ese mismo estado por cinco días. En ambos casos, los empleados se sienten nerviosos por el creciente número de casos positivos por COVID-19 que se han registrado a lo largo y ancho de India.
De acuerdo con Reuters, Tamil Nadu es considerado el estado más importante en el país para el sector automotriz. Sin embargo, también ha sido una de las zonas peor afectadas por el más reciente brote de COVID-19 en la India, con más de 30 mil casos diarios. La entidad está bajo un proceso de cuarentena hasta el próximo 31 de mayo. Sin embargo, se ha permitido a algunas fábricas continuar con sus operaciones, entre ellas las de la industria de automotores.
¿Se repite la historia de 2020?
Las medidas en India a raíz del rebrote de COVID-19 se asemejan mucho a las que se tomaron a escala global en 2020 durante los primeros meses de la pandemia. Como recuerda CNet, fue en marzo y hasta mayo del año pasado que se mantuvieron las operaciones paralizadas para evitar infecciones entre sus colaboradores. Entonces, las afectaciones se extendieron a todo el mundo. Hoy, sin embargo, parece que estos problemas se están concentrando solo en India.
Notas relacionadas
Nissan tiene revisar más modelos de sus autos por defecto de fábrica en México
Renault lanza una marca de autos de segunda mano: ¿Se resigna?
Hyundai se une a BTS y es una prueba más de la efectividad publicitaria de la banda
De hecho, en las regiones donde la COVID-19 parece estar relativamente bajo control, se ven incluso ambiciosos proyectos de expansión. En datos de CNBC, en Estados Unidos (EEUU), uno de los países que ha logrado vacunar con mayor velocidad a su población, marcas como Ford están iniciando planes de inversión. Específicamente, la apertura de nuevas instalaciones para la manufactura de baterías eléctricas, cruciales para el futuro cero-emisiones de la marca.
Pero la situación actual de la India podría ser solo la segunda repetición de un ciclo mucho más extenso. Según The Conversation, la circulación libre de la COVID-19 permitirá la posible mutación a variantes más peligrosas, y potencialmente resistentes o inmunes a las vacunas actuales. Con tantos países sin el chance de proteger a la mayoría de su población sino hasta en dos o tres años, el próximo cierre de fábricas (en 2022 o 2023) tal vez sea en Occidente.
¿Quieres comprar Bitcoin, acciones, fondos de inversión o materias primas? Con eToro, están al alcance de un click
Entre la COVID-19 y los chips
La situación de India pone una tensión extra a las compañías automotrices. Aún sin el efecto de la COVID-19, la industria ya está viéndose obligada a cerrar fábricas y parar operaciones por la falta de chips y componentes. Solo General Motors, en marzo pasado, dijo que iba a tener que cerrar cuatro de sus plantas en las Américas. Específicamente, dos en EEUU, una en Brasil y una en México. En algunos casos, la suspensión planeada se extendería hasta mayo.
Y hay muchas otras empresas que siguen reportando afectaciones por la falta de chips. La semana pasada, Tata Motors (el dueño de Jaguar Land Rover) reportó una pérdida trimestral de mil 20 millones de dólares (mdd) precisamente por la escasez de componentes. Y dijo que no sería posible una recuperación sino hasta que se pudiera reanudar el suministro de los mismos. Así pues, si la COVID-19 vuelve a asomar su cabeza, el problema podría crecer más.