Córdoba, Argentina.- Una escultura de Ana Frank, que había sido “decapitada” diez meses antes, fue tan grotescamente restaurada a tal punto que la comparan con cómo quedo el Ecce Homo de Borja, en España, cuando pasó por las manos de la ya célebre Cecilia Giménez. Gran polémica por quién fue su creador y quién la debe restaurar.
La restauración que la Municipalidad de Córdoba, en Argentina, encargó a una estatua de Ana Frank que había sido dañada unos meses antes genera una gran polémica en esa ciudad. Es que la recuperación de la cabeza de la escultura (había sido “decapitada” por vandalismo en 2013) no quedó nada bien y los medios locales y las redes sociales se llenaron de críticas.
“La reconstrucción de la cabeza no hace más que levantar polémica: tras 10 meses de haber permanecido ‘decapitada’, ahora tiene una cabeza que nada tiene que ver con el resto de la escultura, y muchísimo menos con la fisonomía de la niña judía que homenajea”, publicó el periódico Día a Día.
La escultura original ▼
La restauración ▼
En Internet las burlas son miles. “Se parece más a He-Man que a una nena de 12 años”, es sólo una de las tantas.
“No me gusta para nada, y creo que no debería quedar así, no es una escultura para que esté exhibida en la vía pública: o le hacen una cabeza acorde o la cambian toda, o deberían sacarla”, valoró el artista local Marcelo Hepp.
“Es una escultura rústica y desproporcionada”, calificó el escultor Luis Hourgras, y destacó que el simbolismo que representa es amplísimo y se podría haber interpretado de muchas mejores maneras. “Es deprimente”, disparó.
Así había quedado cuando fue vandalizada en 2013 ▼
Más detalles sobre quién fue su verdadero creador en La historia secreta de la escultura de Ana Frank
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