Si bien es cierto que un CEO siempre debe inspirar e impulsar a sus empleados a dar lo mejor de sí mismos para cumplir las metas laborales, también es verdad que dicha propuesta puede resultar infructuosa si se pretende aplicar con trabajadores, cuyo perfil sea el de personas tóxicas.
De acuerdo con Quartz, un CEO también debe tener la capacidad de detectar empleados o candidatos con personalidad tóxica que representen un peligro potencial para un equipo de trabajo. Los costos de un mal empleado es que tienen un impacto significativo en todo, desde la dinámica cotidiana hasta el resultado final a largo plazo.
Concretamente, los empleados tienen un 54 por ciento más de probabilidades de dejar de fumar cuando tienen a un compañero tóxico, ya que prefieren no hacerlo para no tener que conversar. Según Forbes, contratar a un solo empleado tóxico en un equipo de 20 personas le cuesta a la compañía 12 mil 800 dólares en rotación de empleados y una menor productividad.
Un empleado tóxico suele ser agresivo, defensivo, resistente al cambio o crecimiento, y suele mostrar poca disposición a asumir su responsabilidad por errores. Dichas actitudes no se tratan de malentendidos, sino de una cultura laboral tóxica cargada de negatividad.
Según Quartz, las “cualidades tóxicas” surgen una vez que se relacionan con sus compañeros de trabajo o cuando están bajo presión. Al momento de las contrataciones, los CEOs deben estar atentos a las pruebas de “civilidad”, es decir, preguntarles a los candidatos sobre experiencias previas o involucrarlos en situaciones hipotéticas, y pedir ejemplos específicos o cómo resolvieron conflictos en el pasado.
Además, los CEOs no deben conformarse con una “respuesta de cajón”, sino que deben pedir múltiples ejemplos. Al pedirles que profundicen, es probable que obtengan respuestas que sean más honestas, espontáneas y más indicativas de su potencial de toxicidad.
Un directivo puede hacer preguntas cómo qué cambiaría sobre su empleo anterior, qué dirían tus antiguos jefes sobre ti, sus logros o qué harían en circunstancias extraordinarias. Preguntas que pidan a los candidatos hablar de aspectos negativos. Los aspectos positivos surgen cuando candidatos ideales señalan problemas sin apuntar a personas.
El deber de un CEO es brindar seguridad psicológica a sus candidatos, asegurando que éstos puedan tomar riesgos sin sentirse inseguros, avergonzados o criticados, y con ello, deben detectar a una persona tóxica.