El consumo es una actividad que ha estado presente en las sociedades desde tiempos inmemoriales. Es a partir del siglo XX cuando se reconoce que el ser humano vive en una sociedad de consumo ya que, de acuerdo con la sociología, los seres humanos estructuran todas sus relaciones en torno a esta actividad.
En la actualidad, no consumimos sólo para sobrevivir, sino para identificarnos y ser aceptados en un grupo social, entre otras razones; de acuerdo con el reconocido sociólogo polaco, Zygmunt Bauman, quien reconoce que los individuos modernos son los promotores del producto y (a la vez) el producto que promueven.
Bajo estos razonamientos, los consumidores están influidos por su contexto. Hoy en día, los asuntos de sustentabilidad son un tema que les preocupa. Esto incluye los aspectos económicos, sociales y, en especial, los ambientales, temas que ya no le son ajenos, sino que forman parte de la cotidianidad.
De esta manera, las marcas llevan a cabo acciones para satisfacer las necesidades de la sociedad sin comprometer las posibilidades de las futuras generaciones en los ámbitos antes señalados; esto es lo que se conoce como Responsabilidad Social Empresarial (RSE), la cual es una visión de negocios que integra los valores éticos, las personas, la comunidad y el medio ambiente de manera equilibrada.
Un estudio del año pasado elaborado por Kantar TNS señala que los mexicanos se encuentran preocupados por el medio ambiente, debido a esto se encuentran abiertos a comprar productos amigables con el mismo, toda vez que el 78 por ciento de ellos elige en su proceso de compra con base a las políticas ambientales de las empresas proveedoras o fabricantes.
Esto se ve reflejado en su favoritismo e identificación con algunas marcas en particular que realizan acciones verdes. En el reporte Kantar Brand Foot Print México 2018 se incluyen las marcas más elegidas por los consumidores en nuestro país. El primer lugar del ranking lo ocupa la empresa Coca-Cola, le siguen Lala y Bimbo en segundo y tercer puesto, respectivamente.
La Industria Mexicana de Coca-Cola (IMCC) destaca a través de su informe 2017, “IMCC: Comprometidos contigo”, que uno de sus principales compromisos es preservar y cuidar el medio ambiente. Entre sus acciones destaca que el 42% de la energía que implementa proviene de fuentes renovables, consiguiendo así reducir su impacto al medio ambiente en áreas como manufactura, refrigeración y distribución. Además, por medio del programa esKO Top10 Energy Savings Challenge en sociedad con World Wildlife Fund (WWF) ha logrado certificar 41 plantas con prácticas de consumo eficiente de energía, con las que ha conseguido reducir casi un 10% el consumo de energía por litro de bebidas producidas de 2010 al cierre de 2017.
Por su parte, Lala comunica a través de su sitio web que un componente fundamental de su estrategia de sustentabilidad es el medio ambiente, por lo cual desarrollan estrategias que les permiten fabricar y distribuir productos con menor impacto reduciendo el uso de recursos como su programa de mantenimiento de flotas, entre otros.
En lo que respecta a Bimbo, esta empresa desarrolla acciones sustentables para reducir su impacto ambiental en todas las etapas de su cadena de valor como gestión efectiva de residuos, eficiencia energética, reducción de huella hídrica y de carbono, desde la disminución del uso de plástico y agua, hasta obtener energía de fuentes renovables.
Los expertos señalan que la inversión en aspectos sociales genera un posicionamiento competitivo para la empresa, ya que es importante no olvidar que es un marco de gestión empresarial per se, y que ayuda a impulsar y fortalecer su rol en las necesidades sociales y ambientales.
Además, se crean relaciones entre marca y comunidad que facilitan el bienestar de todos, tanto en la organización como en la comunidad.