Después de leer a Susan Whiting, vicepresidente de Nielsen, una compañía global de información y medición, en el documento “Las Mujeres del Futuro”, donde dice -“Las mujeres incrementan su poder de gasto y con ello logran mayor control e influencia sobre las decisiones claves en los hogares, las mujeres de hoy son consideradas consumidoras y resulta primordial para los mercadólogos y publicistas saber sus hábitos”-, no pude evitar pensar en todo el largo camino que las mujeres hemos tenido que pasar para llegar a este punto.
Como mexicana, recordé épocas prehispánicas, Coloniales, el Porfiriato, La Revolución Mexicana, y todos esos periodos de nuestra historia que a su paso, propiciaron un sistema de desigualdad, y entonces, hombres y mujeres, nos encontrábamos en esferas separadas; el hombre en la esfera de “producción” y las mujeres en la de la “reproducción”, y en esta esfera, debíamos cumplir con ciertas características, dadas por sobrentendidas tales como ser amables, cariñosas, humildes, casi al grade servil y callada por antonomasia.
Pero los tiempos cambian, y en la actualidad, la mujer ya tomó un papel preponderante en diversos aspectos, no solo en lo social, sino en lo moral y económico, siendo ahora quienes toman las decisiones en los gastos que se realizan en un hogar.
Este tsunami sociológico, ha afectado a todos los campos, en especial el marketing, y se hace evidente cada vez más la necesidad de hablarles diferente, el marketing no puede ser neutral (sería un error pensar eso en medio del S. XXI, ¿no?), los hombres y las mujeres somos diferentes, de hecho, la neurociencia señala que el cerebro de las mujeres tiene múltiples áreas de procesamiento dada una función mientras que el de los hombres lo concentra en una sola área y por su puesto, las mujeres mezclamos las emociones para tomar la decisión de comprar (bueno, en qué no mezclamos las emociones), y estas compras están basadas en nuestros seres queridos.
Entonces, comprender mejor a la consumidora es la clave del éxito de cualquier producto o servicio.