Buenos Aires, Argentina.- Arcor, la alimenticia de origen argentino más grande del Cono Sur, lanzó Bon o Bon, su tradicional bombón de chocolate, en Brasil, donde competirá con las marcas locales. ¿Tiene posibilidades de ‘robarle’ mercado a un producto instalado desde hace décadas en la tierra del Carnaval?
Más allá de las posibilidades que tenga de sortear la difícil misión de competir con los líderes consolidados en Brasil (Sonho de Valsa y Ouro Branco, de Lacta, y Serenata de Amor, de Garoto), algo es seguro: la argentina Arcor jugará de visitante en Brasil. La decisión está tomada y es más que arriesgada: desembarcar en tierras brasileñas con “Bon o Bon“.
“Arcor anuncia la llegada a Brasil de una de las marcas más consagradas de chocolates del mundo: Bon o Bon“, dice el comunicado difundido entre la prensa económica brasileña, en que se anuncia una inversión de 150 millones de reales (unos 85 millones de dólares) hasta finales de 2015, para ampliar la capacidad de producción de sus dos plantas de San Pablo donde se elaborará la golosina.
Según consignó el periódico Día a Día, “destinarán 35 millones de dólares extra a posicionar el Bon o Bon entre los consumidores brasileños, acostumbrados desde siempre al sabor de los bombones locales”.
De acuerdo a la multinacional compañía de origen argentino, el propósito del Grupo Arcor es “sorprender a los consumidores con productos diferentes por su calidad”. El mercado brasileño de bombones es el mayor del mundo, con una producción de un millones de toneladas anuales y una facturación de 250 millones de dólares al año.
Bon o Bon nació en 1984 y se exporta a más de 60 países. Se venden más de 700 millones de unidades por año. En los Estados Unidos fue rebautizado como Whisper para adaptarse a los gustos locales.
La consigna será inundar el mercado con estrategias de marketing, publicidad tradicional, PNT, marketing de guerrilla y mucho streets marketing.
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