Para proyectar sus productos, las marcas recurren de manera constante a figuras de la farándula, actores, músicos, presentadores, modelos y demás personalidades con arraigo popular y atractivo para las audiencias
A propósito de la muerte de la actriz argentina Christian Bach, icono de las telenovelas mexicanas durante las décadas de 1980 y 1990, vale recordar que, como otras figuras, prestó su imagen para la promoción de diferentes marcas en paralelo con su trabajo en los foros de televisión.
La marca mexicana de pisos y recubrimientos Intercerámic presentó a la estrella de telenovelas como De pura sangre, Atrapada o La Chacala por más de dos décadas como la imagen de sus mensajes publicitarios y también como la voz oficial de la marca con eslogan “Simplemente lo mejor”.
Pero además, La actriz realizó campañas y espots publicitarios para otras marcas, como se puede ver en este video de 1987.
Como Bach, otras figuras del cine, la televisión y la música se han proyectado a sí mismos como marca personal a través del branding de diversos productos, marcas y organismos. Con ello, se da una especie de simbiosis profesional en la que tanto la marca como la personalidad en cuestión ganan en su imagen.
No se trata, como puede notarse, de una práctica reciente, ejemplos sobran, como el de la actriz Sara García, icono del cine mexicano en su Época de oro que se convirtió en la imagen del Chocolate Abuelita, antes de La Azteca y hoy de Nestlé. La efigie de actriz sigue siendo la imagen de la marca hasta el día de hoy.
Luis Gimeno, actor de origen español que se desempeñó principalmente en el teatro mexicano, fue durante muchos años la imagen del detergente Ariel, de Procter & Gamble.