Ahora que inicia el año, es muy común escuchar a muchas personas que se ponen como meta ponerse a dieta y bajar de peso. Sin embargo, hacerlo en automático, sin conocimiento de causa y sin supervisión médica, no es la mejor idea. Por el contrario, lo recomendable es bajar de peso si es necesario, claro está, pero siempre de la mano de los profesionales de la salud.
Empero, la intención es buena, pues todos sabemos que en México existe una epidemia de sobrepeso y obesidad: nuestro país es el segundo país en el mundo en obesidad y el primero en obesidad infantil. De hecho, las estadísticas dicen que siete de cada 10 mexicanos adultos tienen sobrepeso u obesidad, lo cual los pone en grave riesgo de padecer males adicionales como hipertensión arterial, prediabetes -resistencia a la insulina- y diabetes tipo 2, que es una enfermedad crónica que provoca un sinfín de padecimientos, como insuficiencia renal y problemas del corazón, entre muchos otros.
El perímetro de la cintura es el indicador más claro de que se vive en riesgo. Un abdomen mayor a 94 cm en hombres y mayor a 80 cm en mujeres es una señal muy visible de que algo puede estar mal.
No está de más tampoco la recomendación de evitar caer en los remedios rápidos, de esos que vemos en Internet o que de pronto, a pesar de la estricta regulación sanitaria, todavía salen en algún canal de cable, con “productos milagro” que lo único que lograrán será sangrar el bolsillo y ponernos en riesgo.
Para nadie es un secreto que el estilo de vida moderno, sobre todo en las urbes contaminadas, con poco tiempo para hacer ejercicio y salir al aire libre, favorecen el sedentarismo, y, por tanto, el sobrepeso u obesidad.
Aunado a ello está lo que los expertos en nutrición “ambiente obesogénico”, que es un contexto que propicia el aumento de grasa y peso corporal, como los malos hábitos alimenticios, que pueden enlistarse de la siguiente forma: salir sin desayunar, no hacer colaciones -pequeñas dosis de comida saludable entre comidas, como nueces o frutos secos-, ingerir comida rápida de manera frecuente, cenar pesado después de las 20:00 horas, desvelarse y dormir poco tiempo.
Así que lo más importante es tener una reeducación alimentaria y cambiar de hábitos. No existen fórmulas mágicas, pero sí la aplicación de la lógica dirían los nutriólogos: hacer un poco de ejercicio al día -al menos 30 minutos de caminata, por ejemplo-, desayunar antes de salir de casa, hacer colaciones entre comidas, evitar el consumo de pan y tortillas, eliminar los refrescos y agua azucarada de nuestras vidas, aumentar el consumo de frutas y vegetales, disminuir las grasas e ingesta de carnes rojas, moderar las carnes blancas, cenar ligero antes de las 20:00 horas y dormir cuando menos siete horas al día, de preferencia a partir de las 22:00 horas.
Si está decidido a empezar un régimen, sería bueno que, antes que otra cosa, consultara con su médico de confianza y se hiciera un check up básico en su laboratorio de confianza para ver cómo está su salud en general y saber si su cuerpo está condiciones de emprender tal tarea.
En el mercado mexicano existen varios sistemas profesionales y probados para bajar de peso. Una alternativa es el sistema Pronokal, que es una empresa catalana cuya especialidad es la pérdida de peso mediante una dieta cetogénica, que se sigue bajo estricta vigilancia médica para obtener resultados de una forma rápida, eficaz y segura. No se administran fármacos, solo suplementos alimenticios. Esta empresa cuenta con un equipo multidisciplinario, a disposición del paciente, que lo acompaña a lo largo del proceso, desde las nutriólogas hasta la coach psicoemocional pasando por el acondicionador físico.
Otra opción es la firma Jenny Light, que es un programa para pérdida de peso mediante el cual una nutrióloga lo asesora y vigila, de manera semanal, además de sugerencias de rutinas de ejercicio. El punto medular es la valoración nutricional y la oferta de comer de una forma rica y variada, es decir, usted podrá llevarse a su casa el desayuno, comida y cena para toda la semana listos para calentar y servir. Claro, todo dependerá de cómo ande su cartera y sus intenciones para perder kilos en este inicio de año.
Ánimo y mucha suerte.