La pandemia por COVID-19 puso sobre la mesa la necesidad de replantear el uso que le damos a la tecnología y la importancia que tiene para las empresas. Hoy más que nunca la transformación digital, en todos los aspectos, es el principal indicador de la vida de los negocios, y no sólo en México, sino a nivel mundial.
El “boom” que se había pronosticado para el uso extendido de las herramientas tecnológicas como facilitadoras del desarrollo, expansión y búsqueda de nuevas formas de hacer negocio ya es una realidad y todo indica que no hay vuelta atrás.
Otro de los muchos cambios que ha traído la pandemia es la transformación de los clientes: sus deseos, necesidades y las formas de adquirir productos y/o servicios se han modificado. Pero dichos cambios aún no terminan, no son estáticos; la llamada “nueva normalidad” también está transformando los mercados a través de la reapertura gradual de las actividades económicas y la continuidad de las medidas sanitarias, por lo que la mejor forma para que una empresa conozca, analice y prediga hacía dónde van estas tendencias y cómo aprovecharlas es mediante el uso de la tecnología.
Las medidas de distanciamiento social están apuntalando las compras en línea, según un informe de la Asociación Mexicana de Ventas Online (AMVO,) a raíz de la pandemia, el 18% de los consumidores del país asegura que seguirá haciendo más compras por este medio.
Pero ¿qué hay detrás de esta lectura? Y ¿qué se necesita para que ese 18% que ya está interesado en el entorno digital se incline por una empresa en específico?, esas respuestas son las que se obtienen al analizar tendencias y los datos generados.
La ventaja para una empresa de emplear la tecnología para estas mediciones es que además de que podrá analizar una mayor cantidad de datos, los riesgos de errores se reducen considerablemente, logrando resultados más certeros, al igual que las estrategias que se diseñan con base en la información obtenida.
De igual forma, las estrategias pueden someterse a análisis predictivos para determinar la mejor forma de ejecución; es decir, hacer ejercicios previos sobre cómo podría reaccionar el mercado. Estos resultados se obtienen en corto tiempo y se pueden modificar determinadas variables para conseguir el objetivo deseado.
¿Qué tecnología utilizar?
Inteligencia Artificial (IA). Esta herramienta es clave para muchas empresas, ya que permite automatizar la ejecución de tareas y sus aplicaciones se extienden a cualquier proceso que involucra el análisis de grandes cantidades de datos.
En concreto, para el análisis de tendencias, la IA ha permitido desarrollar chatbots como asistentes virtuales que tienen conversaciones con el cliente, razón por la cual su información es muy valiosa y acertada. Esta cercanía permite a las empresas conocer los gustos de sus consumidores, necesidades, inquietudes e incluso, con base en su historial de compras, hacer perfiles de clientes con un alto grado de precisión.
Machine Learning. El aprendizaje automatizado o machine learning también emplea datos, pero lo hace para “aprender” o mejorar su entrenamiento; es decir, interpreta la información para decidir qué posibilidades son más factibles para obtener mejores resultados.
Su empleo en la predicción de comportamientos ayuda a prever tendencias, de este modo la empresa puede anticiparse a estos escenarios; es decir, hábitos de uso en internet, uso de redes sociales, preferencia en compras de temporada, uso de plataformas web o apps, entre otras.
Algoritmos de análisis predictivo y prescriptivo. Estos algoritmos son las ‘fórmulas’ para que una empresa entienda a su audiencia y analice su comportamiento actual o a futuro.
Los algoritmos de análisis predictivo sirven para analizar conjuntos de datos históricos, con el fin de predecir resultados y prepararse para futuras acciones, dando como resultado modelos probabilísticos. Mientras que los prescriptivos se emplean para probar diferentes soluciones para un mismo problema y comparar cuál da mejores resultados.