El acceso popular a la Inteligencia Artificial (IA) a través del ChatGPT, ha revivido una añeja discusión sobre como la tecnología puede convertirse en una amenaza para la fuerza laboral y ha despertado temores en diferentes sectores y, el mundo de la comunicación no es la excepción. Entre los cambios significativos provocados por la pandemia de COVID-19 y el aumento más reciente de la IA generativa, es evidente que el lugar de trabajo moderno se ha transformado para siempre. Pero con tantos cambios en tan poco tiempo, la perspectiva de que las organizaciones se adapten rápidamente no se ve fácil. Con los empleados preocupados por perder su puesto, el estado de ánimo y el énfasis en la salud y el bienestar en el lugar de trabajo, son una consideración a menudo poco considerada en torno a la comunicación sobre la IA.

“La salud mental tiene mucho que ver con lo que sucede en el mundo que nos rodea, y la IA no es la excepción”, afirma Alex Thompson que comanda un exitoso podcast sobre fuerza laboral. “Es importante tener una mentalidad abierta a estos cambios, porque esa apertura, particularmente en lo que se refiere a la IA, ayudará a aquellos que estén dispuestos a trabajar con esta tecnología a desarrollar la cultura organizacional en el futuro”. 

Como cualquier tecnología nueva, deben aplicarse iniciativas sobre cómo usarla correctamente. En el caso de los profesionales de la comunicación, informes recientes revelaron que algunos alimentan a ChatGPT con información comercial confidencial, lo que despierta preocupaciones sobre como la privacidad se convierte en un riesgo real para la reputación y como los comunicadores pueden ayudar a mitigarlo.
Como la llegada del Internet, el auge de la IA evidencia la necesidad de educar y crear marcos que establezcan pautas y mejores prácticas para usar la tecnología correctamente en el trabajo. Habrá quienes se resistirán a los cambios, pero prevalece el espíritu de exploración, se podrán alcanzar grandes logros. La IA no solo puede cambiar el futuro del trabajo para bien, sino incluso ayudar a los empleados a alcanzar su máximo potencial creativo.
Ante todas estas preguntas que surgen sobre cómo la IA afectará a una organización, también vale la pena preguntarse: ¿Qué deben esperar las empresas de los empleados? ¿Cómo afectará eso la carga de
trabajo, la compensación y otros factores?
Con la productividad adicional que supone la tecnología, será importante evaluar cómo estas habilidades se relacionarán con las métricas de desempeño con las que se mide en la actualidad.
Muchas organizaciones pueden enfrentarse a dificultades para generar estas nuevas métricas o adaptarse, si no tienen una buena disposición para trabajar con la IA.

Modificar métricas y metodologías debe ocurrir a través de un proceso colaborativo que involucre a los empleados. Esto permitiría abordar algunas preocupaciones existenciales más profundas de la IA, al tiempo que proporciona un punto de contacto adicional para comunicar la importancia de las habilidades de los empleados. En una sociedad en la que muchas personas se sienten definidas por su ocupación, esto resulta un gran desafío.
En resumen, la IA está teniendo un impacto significativo en los comunicadores, pero es probable que la automatización de algunos aspectos del trabajo no signifique la eliminación completa de los empleos de relaciones públicas, por ejemplo. En cambio, es probable que la IA transforme la forma en que se realizan algunas tareas y que se cree una mayor demanda de habilidades específicas, como la capacidad de analizar y utilizar grandes cantidades de datos, porque la creatividad y el relacionamiento con los medios, todavía no hay como reemplazarlos.