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Philip Morris cierra sus fábricas de cigarrillos tradicionales en Medellín y Barranquilla.
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El proceso se enmarca en un cambio en los hábitos de consumo.
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Influye también el avance del mercado ilegal.
Philip Morris International es la mayor tabacalera por ventas netas a nivel mundial. Supera por muy poco a British American Tobacoo. Las siguientes en el ranking son Imperial Tobacoo, Altria Group, Japan Tocaboo e ITC.
El mercado al que apunta es gigante: hay en el mundo, al menos, 1.100 millones de personas que son consumidoras de 5.500 millones de cigarros anuales, en promedio (datos de 2016).
Sin embargo, más allá del enorme volumen de mercado que aún manejan, la industria tabacalera está en crisis.
Limitadas por la imposibilidad de hacer publicidad que incentive el consumo en la mayoría de los países, las grandes compañías prácticamente no encuentran estrategias de mercadotecnia que sean efectivas.
En realidad, la idea de la mayoría es apuntar a cambiar el producto que venden: el cigarro, por otro menos dañino: el e-cigarette, o algunas de sus variaciones.
En el caso de Philip Morris Internacional, los volúmenes de venta de cigarros de las compañía flaquean en la medida que más fumadores abandonan el hábito. Al mismo tiempo crece el desarrollo de dispositivos electrónicos: para el caso de esta compañía, los llamados IQOS.
Los últimos datos publicados por la empresa indican que en el primer trimestre de 2019 tenía más de 10 millones de usuarios de IQOS en todo el mundo.
La principal diferencia entre los e-cigarettes y los IQOS es que los primeros utilizan un filamento incandescente para encender la nicotina, los otros calientan el tabaco directamente, sin quemarlo. Allí es donde Philip Morris apuesta todas sus fichas.
Colombia
La novedad de la industria llega desde Colombia, país donde la compañía que vende Marlboro, L&M, Chesterfield y Parliaments decidió cerrar las puertas de dos fábricas (Medellín y Barranquilla). En este país, la filial se llama Coltabaco-Philip Morris International.
Asimismo, dejará de comprar tabaco los productores a finales de 2019.
Según indicó la compañía en un comunicado, “operará bajo un nuevo modelo que consolidará su proceso de integración con las afiliadas de Ecuador, Perú y Venezuela, potencializando sinergias, afianzando su posición de liderazgo en el mercado de la región y fortaleciendo las actividades en beneficio de su cadena de valor y comunidades”.
Carlos Guzmán, vicepresidente de Coltabaco-Philip Morris International, dijo que siendo “líderes del mercado y continuaremos con nuestra operación bajo un esquema diferente, por medio del cual buscamos generar eficiencias y hacer sostenible nuestro negocio en el largo plazo”.
La empresa ya habla de estar abocada a la “tarea conjunta de crear un mundo libre de humo” y apunta a cumplir la meta con “el desarrollo de nuevas alternativas“, publicó El Tiempo.
Uno de los mayores problemas que tiene la marca en Colombia es el comercio ilegal.
Este drama es una de las principales derivaciones del incremento desmesurado de los impuestos, que ocurrió en ese país en 2016. Si el precio de los cigarros comprados en el mercado legal crece por el tributo, aumenta el tráfico y la venta en el mercado negro.
Caída del consumo
Según datos de Bloomberg Intelligence dados a conocer por Infoabe, las ventas de Philip Morris en América Latina y Canadá se desplomaron un 8% en el primer trimestre de 2019 y representaron sólo 9,6% de los ingresos netos totales.
Además, solo 11,9% de los colombianos fuman, muy por debajo del promedio mundial de 19,9%, según datos de Euromonitor International.