Por: Joel Gómez
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Una patente es un derecho exclusivo concedido por el gobierno a un inventor (titular) por un período limitado de tiempo (usualmente 20 años) a cambio de que se le dé a conocer a la sociedad estos conocimientos (divulgación de la invención). El principal objetivo de la patente es permitir al titular impedir que terceros hagan uso de la tecnología patentada. El titular es el único que puede hacer uso de la tecnología protegida por la patente o, en su caso, autorizar a terceros a hacer uso de ella bajo las condiciones fijadas en un contrato de licencia.

Después de los 20 años improrrogables en que permanece vigente la protección de la patente, cualquier persona puede hacer uso de la tecnología de la patente sin la necesidad del consentimiento del titular de ésta.

La invención entra entonces al dominio público. Son patentables las invenciones que sean nuevas, resultado de una actividad inventiva y susceptibles de aplicación industrial. En algunos países como Estados Unidos, el software se puede proteger como patente, cuando lo natural es que sea protegido solamente vía derechos de autor como sucede en México, América Latina y la mayoría de países en el mundo.

Entonces las patentes fungen como un “escudo” para evitar que terceros usen la tecnología patentada durante los 20 años de protección legal que se le concede al titular. Sin embargo, existen corporaciones que usan las patentes no como “escudos” sino como “espadas” para inhibir, mermar e inclusive destruir a competidores.

A estas compañías suelen llamárseles “Trols de Patentes”. Se trata, en la mayoría de los casos, de organizaciones creadas especialmente para administrar portafolios de patentes, que se dedican primordialmente a: (1) presentar aplicaciones de patentes, (2) licenciar patentes, (3) administrar patentes y, desde luego, (4) litigar patentes. Es este último componente el que les da el carácter de “trols de patentes”.

En reiteradas ocasiones, grandes competidores del mercado del comercio electrónico, las tecnologías de información y los dispositivos electrónicos móviles han sido acusados de ser o comportarse como “trols de patentes”, entre ellos Amazon, Apple y Microsoft. Esta actividad acuña también de cierta manera el término “guerra de patentes”.

El New York Times publicó ayer que para Apple las patentes son un medio para un fin. Su objetivo no es el dinero por lo menos no tanto en el sentido de obtener ingresos por licencias en el corto plazo. En cambio, Apple está tratando de usar su portafolio de patentes como un arma para obtener una ventaja competitiva.

Si puede forzar a los rivales a rediseñar sus productos (a través de sentencias de violación de patentes o amenazas de abogados), Apple puede detener el avance de Samsung y otros competidores. Estas guerras de patentes perjudican principalmente a nosotros los consumidores, pues a fin de cuentas inhiben el desarrollo e innovación tecnológica.