Estamos en un momento de euforia de fútbol. Recién pasó la final de la liga mexicana y el ambiente se calienta para la comilona de fútbol que vamos a tener durante los próximos meses y hasta el próximo mundial en Brasil.Copa de oro y Confederaciones, eliminatorias, campeonatos de liga y todos los partidos que se lleguen a juntar para desgracia de las viudas y viudos del futbol (que no a todos les llama la atención el juego de las patadas).

¿Y hasta donde llega el escaparate de este deporte y las marcas que se relacionan con ellos? ¿Hasta virtuales en TV, anuncios de cancha, eventos donde vemos a jugadores rasurándose en vivo, edecanes apachurrándose para aparecer sonrientes en pantalla cuando hay una entrevista?

Se están buscando nuevos espacios para mostrar los productos y, sobre todo, para que la gente hable de ellos o de la marca.
El 22 de mayo en Barcelona, Nike hizo que hablaran de la marca.

Ese miércoles en la mañana, quien pasaba frente a la estatua de Colón al sur de la Rambla, se dio cuenta que no todo estaba igual. Esa insignia de la ciudad llevaba puesta la camiseta del Barcelona para la próxima temporada de fútbol.

A Nike le costó 100 mil euros vestir a la estatua, dinero que recibió el ayuntamiento de Barcelona.

Esta campaña para mostrar el nuevo uniforme del Barça no solamente causó curiosidad, sino también enojo por parte del Español de Barcelona, su equipo rival, y de sus seguidores. Argumentaron que por ley se prohíbe la publicidad en monumentos. Culpan al equipo y al ayuntamiento por hacerse de la vista gorda.
Lo interesante de esto es que la polémica ayudo a que se hablara del asunto, del equipo y de la marca. Ahí va su publicity. Vestir a Colón fue un esfuerzo que buscó Nike para marcar diferencia y lo logró.Por piedad, no vayan a vestir del América al Ángel de la independencia.

Pero el fútbol no solo tiene ese jalón comercial. También ayuda para que la gente tome conciencia sobre algún problema social. Unicef se ha valido de ello y hay un caso en Paraguay que lo ilustra muy bien.
1 de cada 4 niños paraguayos no está inscrito en el Registro Civil antes del año de vida. Unicef aprovechó un partido entre las selecciones de Uruguay y Paraguay para mostrar el problema con el apoyo de medios de comunicación, periodistas y cronistas deportivos.
En esta campaña los locutores deportivos de radio y TV no mencionaran ninguno de los nombres de los jugadores durante los primeros minutos, solo se referían a ellos por sus números.
Después, daban el mensaje sobre la problemática, invitando a los espectadores para que exigieran a sus próximos candidatos presidenciales para que presentaran propuestas para solucionar el problema.
Y gran problema, porque La inscripción en el Registro Civil es la forma de que los niños tengan un nombre, apellido y una nacionalidad: su identidad
Sin certificado de nacimiento, un niño puede nacer y morir y su existencia no queda registrada en ningún lado. Es como si no hubiera existido jamás.
Un niño con certificado de nacimiento es ciudadano y por tanto está protegido por leyes, pudiendo acceder a sus derechos (el de la educación, salud o protección contra el abuso, maltrato, abandono, trata y tráfico).

La Convención sobre los Derechos del Niño establece que “El niño será inscripto inmediatamente después de su nacimiento y tendrá derecho desde que nace a un nombre, a adquirir una nacionalidad y, en la medida de lo posible, a conocer a sus padres y a ser cuidado por ellos”.
“El partido sin nombre”, creado por Oniria/TBWA y con apoyo de diversos medios de comunicación que replicaron el mensaje.

Resultados:
Visto por 7 millones de paraguayos.
Con una inversión de 5 mil dólares, hubo una presencia en medios por 800 mil y publicidad gratuita por más de 200 mil.
Unicef llegó a un acuerdo con cada uno de los candidatos presidenciales, donde cada uno se comprometió a generar acciones específicas para los niños y adolescentes.