Somos ya una sociedad distraĆda, desensibilizada, dominada por la inmediatez y desencadenando su disgregación y desconexión como grupo, consiguientemente generando falta de cohesión.
Busquemos modo y carĆ”cter para desterrar del espacio social y organizacional el peligro de tener que convivir con una generación afectada e infectada por un mal de este milenio llamado āanomia digitalā.
En el contexto de las ciencias sociales (educación, pedagogĆa, psicologĆa, sociologĆa, derecho y otras) se ha denominado anomia digital a la inobservancia (consciente o inconsciente) de las normas o polĆticas, soslayando y no cumpliendo con lo instituido. Lo anterior referido a las polĆticas de privacidad y escenarios de uso de los cuantiosos y variados servicios on-line, como lo son: plataformas digitales, blogs, wikis, chats, aplicaciones (AppĀ“s), pĆ”ginas web y redes sociales de Internet.
4 mil millones con la mirada en la pantalla digitalĀ
En concreto y āno estamos descubriendo el hilo negroā, con la facilidad de adquirir y la necesidad de usar estos medios tecnológicos digitales, ya sean propios o proporcionados a los colaboradores por las organizaciones, aunado al hechizo que, la propia tecnologĆa digital ofrece y la vehemente mercadotecnia desplegada que motiva y seduce, los usuarios digitales en el mundo ya superan el 50% de la población: 4.000 millones (Informe que presentan We Are Social y Hootsuite 2018).
Imaginemos el caos que tendrĆamos con esos 4 mil millones de usuarios conviviendo en un mismo tiempo y espacio amparados con un sistema que exige libertad total de uso del internet.Ā
La libertad convertida en indiferencia Ʃtica
Creemos que dicha libertad es un camino correcto, ya que engloba las libertades que impone el respeto a los derechos fundamentales dentro de la red de Internet, como lo son la libertad de expresión, el respeto a la vida privada y el respeto a la confidencialidad en las comunicaciones. Es de apuntar que las asociaciones, usuarios y organismos internacionales defienden esta libertad en Internet recurriendo a la llamada neutralidad de la red.
No obstante lo anterior, es mĆ”s que sabido y vivido en el dĆa con dĆa, que las personas en lo particular, estando en el Ć”mbito social, familiar u organizacional, no cumplen las normas y dan muestra de una indiferencia Ć©tica donde no se tiene conciencia de hacer algo que estĆ© mal, tal vez porque las personas, usuarios estimuladosĀ con la tecnologĆa digital, pongan en tela de juicio, que los que imponen las reglas (sea familia, gobierno, sociedad u organización) tengan proporcionada legitimidad para hacerlo, o porque en realidad no existe peligro de castigo, o no se tenga conciencia, por ignorancia, indiferencia, rebeldĆa, incapacidad de entender o en el peor de los casos una base de valores tergiversada. Todo esto incitando a una falta de cohesión social y organizacional.
Consecuencias de la falta de cohesión social y organizacional
La cohesión social nos permite adherir o reunir a un grupo humano, por lo tanto, implica algún tipo de unión o enlace. Hablando de grupos humanos, podemos decir que sin cohesión todas las acciones de integración, colaboración, trabajo en equipo serÔn infructuosas. La cohesión es bÔsica para cualquier organismo y esto incluye: calidad de la cooperación social y el compañerismo de un colectivo.
Acciones ante la anomia digital y su efecto en la cohesión social y organizacionalĀ
Es una realidad que la tecnologĆa digital es una gran oportunidad hacia la modernización, democratización y simplificación de muchos procesos y una lista interminable de benĆ©ficos servicios y de grandes negocios.Ā
Pero tambiĆ©n y como todo en la vida, este momento de metamorfosis digital tiene su lado negativo, como lo es el efecto perjudicial de esa mirada puesta fijamente en la pantalla digital, siendo un disparador que genera una sociedad distraĆda, desensibilizada, dominada por la inmediatez y desencadenando su disgregación y desconexión como grupo, consiguientemente generando falta de cohesión.
Concluimos con la necesidad de extender el debate acerca de esta problemĆ”tica, ya que estamos seguros de que el reto para la sociedad en general y para las organizaciones en particular es: āEnfrentar y reeducar social, cĆvica y organizacionalmente a una generación de personas, niƱos, jóvenes, adultos que tienen la mirada fija en una pantalla digitalā
Especulamos que serĆ” un largo y sinuoso camino en el cual debemos comenzar por establecer condiciones de uso en tiempo y forma, dentro de todos los Ć”mbitos de la sociedad (familiar, escolar, laboral, cĆvico, etc.) motivando a los usuarios digitales, hacia un compromiso de responsabilidad social y organizacional, en el que haya un encargo por parte de los interesados de conocer y poner en prĆ”ctica formas educadas de uso de la tecnologĆa digital, sin olvidar, literalmente, a la persona.
Y este tema, de la anomia digital y su efecto en la cohesión dentro de las organizaciones, debe ser motivo de estudio y bĆŗsqueda de soluciones desde los campos acadĆ©micos, de la investigación, de la sociedad civil, de los profesionales de la comunicación y de la mercadotecnia dentro de las organizaciones, y todo lo que implica dentro de los procesos y comportamiento humano como lo es el Ć”rea responsable del Capital Humano, en sus responsabilidades y tareas naturales como lo son:Ā
- Desarrollo organizacionalĀ
- Cultura OrganizacionalĀ
- PsicologĆa organizacional
DirĆan algunos que con un toque de netiqueta serĆa suficiente, pero mĆ”s importante serĆ” alcanzar a poseer personal y grupalmente, conciencia ciudadana, humana, social y para cumplimiento de los propósitos de este artĆculo, comprensión cabal y acción determinante en el contexto organizacional.