La reputaciĆ³n corporativa de una compaƱĆa y sus marcas se construye desde el ideario, la divulgaciĆ³n, los actos y las expectativas que logremos generar en los grupos de interĆ©s. Para que estos elementos generen un mensaje concreto para nuestras audiencias deben estar interconectados por un hilo conductor, que a su vez debe tener como base la coherencia.
La coherencia, esa capacidad de generar una relaciĆ³n lĆ³gica entre dos elementos que se complementan, podrĆa parecer un principio obvio para cualquier profesional de la comunicaciĆ³n; sin embargo, en la prĆ”ctica podemos observar que representa un reto de continuidad ante los intereses individuales de la planeaciĆ³n, el negocio y la coyuntura.
No olvidemos que la marca es un activo que oscila entre lo emocional, lo financiero e inclusive lo tĆ©cnico, por lo que nuestras estrategias se deben gestionar desde diversos frentes y con diferentes visiones: los intereses de los involucrados, la imagen de la marca (tanto interna como externa); la visiĆ³n de los inversionistas y del pĆŗblico en general; asĆ como la comercializaciĆ³n y los requerimientos legales que pueden estar implicados. Y no debemos olvidar el futuro, con la gestiĆ³n de tendencias y riesgos.
Para lograr que la coherencia logre conjuntar estos objetivos tan diversos, y que incluso podrĆan sonar opuestos, es necesario identificar elementos mĆnimos comunes como primer peldaƱo para despuĆ©s establecer lineamientos bĆ”sicos que regirĆ”n el ejercicio de comunicaciĆ³n. Estos lineamientos deberĆ”n ser seguidos y respetados por todas las Ć”reas de la compaƱĆa, ya que, si no contamos con su colaboraciĆ³n, nuestra coherencia quedarĆa en entredicho.
Otra situaciĆ³n a considerar son las emergencias, que por supuesto pueden presentarse y romperĆ”n toda nuestra planificaciĆ³n. Por ello, gestionar una eventualidad precisa implementar un proceso crĆtico de evaluaciĆ³n Ć”gil y dinĆ”mico, en el cual se debe evaluar, adaptar y discriminar los aspectos a divulgar y, muy importante, los canales a travĆ©s de los cuales se darĆ” a conocer dicha informaciĆ³n.
En este proceso tomarĆ”n especial relevancia las relaciones pĆŗblicas y la selecciĆ³n de los medios de comunicaciĆ³n adecuados, lo cual se ha vuelto un tanto relativo debido a la democratizaciĆ³n de la informaciĆ³n y de la opiniĆ³n pĆŗblica, con los portales web independientes a los intereses de las grandes cadenas y las redes sociales.
Para lograr que los medios de comunicaciĆ³n se unan a nuestra coherencia comunicacional, es necesario que identifiquemos la afinidad que tiene determinado medio con la audiencia y los diversos grupos a los que queremos llegar.
AdemĆ”s, es importante evaluar el rol de la marca dentro de la categorĆa en la que opera, dado que el mix entre lo online y lo offline es relativo al alcance y reputaciĆ³n si no genera coherencia con la identidad que buscamos preservar. Es por ello que conceptos como la comunicaciĆ³n 360 tienden a ser menos usuales, pues pese a que una marca āestĆ© en todos ladosā, no garantiza que estĆ© en la mente de aquellos a los que busca llegar.
Al final del dĆa, el Ć©xito de una compaƱĆa depende de la reputaciĆ³n de marca, que se consolida con la generaciĆ³n de una promesa de valor y de nuestra capacidad de cumplirla. Si no somos coherentes entre un elemento y otro, no importarĆ” la cantidad de recursos invertidos, corremos el riesgo de generarnos una imagen de empresa poco confiable, que al final terminarĆ” repercutiendo en todas las Ć”reas.