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El emprendimiento se muestra como una atractiva oferta para elevar los ingresos de un hogar.
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El logotipo de una marca es sumamente importante para representar la cultura, visión y misión de una empresa.
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Establecer un contrato es indispensable para evitar “inconsistencias” al momento de vender nuestros productos a clientes.
Una emprendedora ha optado por mostrar cómo le reclaman sus clientes, en esta ocasión por integrar su logo en sus productos y, por esta razón, no los pueden vender como propios.
En la actualidad una realidad se muestra indiscutiblemente presente y afectando la vida diaria de millones de personas en su respectiva economía, la inflación, la cual se encarga de ir subiendo poco a poco los precios de todo tipo de productos, por lo que la población se ve en la necesidad de contar con alternativas que les permitan acceder a un ingreso más alto.
De acuerdo con cifras reportadas por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, la mayor parte de los mexicanos recibe un salario promedio de 7 mil 380 pesos al mes; no obstante, más de 17 millones de personas perciben un sueldo mínimo que puede llegar hasta los 3 mil 967 pesos, cifra a considerar ya que la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares en 2019 mostraba que el gasto promedio destinado a la alimentación de una familia de cuatro integrantes en zona urbana es de 3 mil 750 pesos al mes.
Ya sea como trabajo de tiempo completo o como ingreso extra, el emprender un negocio se ha mostrado como una alternativa bastante atractiva durante los últimos años, pero existen algunas realidades a los que quienes decidan inducirse por este camino deben considerar.
Le reclaman porque uno de sus clientes no puede vender su producto como propio
Como cualquier negocio, el logotipo de una marca es indispensable por un sinfín de razones, como bien lo puede ser el mostrar de dónde o de quién viene un producto, representar la cultura de una empresa, posicionarse en la mente del consumidor, etc., por lo que integrar esta pequeña imagen en productos es bastante común, aunque no del agrado de todos.
En esta ocasión, una emprendedora ha exhibido una de las razones por las cuales sus clientes le reclaman, ya que esta integra el logotipo de su marca en sus productos, pero posteriormente estos no son bien recibidos ya que su comprador no los puede vender como propios.
@secreativoarte Story time. Clientes que vale la pena perder #storytime #storytimepintando #tazas #ceramica #pintadoamano #tazaspersonalizadas #artesanias #vidadeemprendedora #artesana ♬ sonido original – Se Creativo Arte y Artesanias
Ante dicha queja, la emprendedora muestra que este son el tipo de “clientes que vale la pena perder“, ya que su comprador buscaba revender el producto como propio. Esto provocó todo tipo de comentarios positivos hacia la artesana, como lo son “cuando la gente no sabe sobre derechos de autor y derechos de uso”, “o sea querían adjudicarse el trabajo de otro, eso se llama plagio”, “que descaro enserio, y todavía reclaman, qué estrés”, “es su creatividad y su trabajo, tiene derecho a poner su logotipo”, entre demás pensamientos al respecto.
La importancia de establecer un contrato
Los términos y condiciones de un negocio son indispensables para salvaguardar la integridad de los mismos, así como también tener una oportunidad de “defenderse” ante clientes “especiales”, evitar ser víctima de fraudes, y evitar una fuerte crisis de imagen.
A pesar de esto, la posibilidad de ser una víctima por parte de los clientes puede llegar a ser inevitable, ya que estos no suelen leer los contratos o términos que firman. De acuerdo con una investigación realizada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), nueve de cada diez encuestados no leen los términos y condiciones generales que conllevan sus servicios de internet, donde se suelen tocar diferentes puntos como condiciones de privacidad, cesión de datos personales, uso de los mismos y demás “inconsistencias” que los usuarios no se enteran y terminan molestándose con las marcas.
Ejemplo de esto lo vimos en otro calibre cuando Santander “se negó” a darle una tarjeta de crédito a un influencer, quien posteriormente señaló al banco por darle un mal servicio; no obstante, los usuarios defendieron a la marca por un pequeño elemento que no había tomado en cuenta, ya había tramitado muchas tarjetas de manera reciente.
Establecer términos y condiciones en un contrato podría ayudarnos a evitar tiempos de crisis.
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