Santiago, Chile.- La elaboración de un plan de comunicaciones y marketing resulta fundamental para asegurar una ruta hacia el objetivo. Esto incluye el posicionamiento de la imagen corporativa, el manejo de crisis y finalmente los resultados en ventas. Establecer claves para la estrategia de contenidos forma parte de la columna vertebral del plan general. ¿Qué considerar? Veamos.
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En cualquier empresa tipo, el plan de comunicaciones es definido por el director del área, pero en la realidad, la importancia del trabajo en conjunto con el departamento de marketing, facilita el hecho de que “dos cabezas piensen más que una”. Los factores a considerar por ambas áreas debieran ser, al menos los siguientes.
Análisis previo. Es necesario realizar un análisis para evaluar la situación de la empresa en el mercado, el nivel de resultados y los problemas enfrentados.
Elaboración del nuevo plan. Asumiendo la realidad existente, corresponde elaborar un nuevo plan que fije una estrategia con el objeto de superar el anterior y mejorar resultados. Esto es, en términos generales. Para conseguirlo es necesario tener claros los puntos extraídos del análisis.
Canales de comunicación. Esto, en términos internos y externos. La publicidad y la promoción son una cosa y se debería priorizar ciertos canales- medios tradicionales, redes sociales, mailing, etc- de acuerdo al público al que se quiere llegar (sí, suena obvio, pero a veces no se considera, por preferencias personales o sugerencias externas); el marketing interno es otra cosa y debiera estar siempre presente para reforzar a la empresa por medio de sus trabajadores.
Tono. Los códigos de comunicación deben estar de acuerdo no sólo con el público objetivo sino con la imagen corporativa de la empresa. En el caso de redes sociales, es aún mucho más específico porque, aunque parezca irreal, nos comunicamos en forma individual con cada seguidor, cuando surge algún tema específico, por lo cual es necesario cuidar de mantener el tono y conseguir cercanía.
Protocolo. La imagen corporativa es un tema que pertenece a todos los estamentos de una empresa y para que tenga fuerza en el exterior, todos deben manejar un protocolo en el que se definan los valores de la compañía y por tanto la imagen corporativa.
Protocolo de crisis. Además del documento anterior, resulta muy útil, sino esencial, realizar un protocolo de crisis para que cada funcionario sepa qué hacer en caso de enfrentar situaciones complejas como quejas infundadas, molestia de los clientes por la atención, declaración a la prensa, trolls en redes sociales, etc.