Todas las personas somos muy distintas en la mayoría de los aspectos, pero me atrevo a decir que hay algo en lo que todos coincidimos: el deseo de ser dueños de nuestro tiempo. Este anhelo comienza cuando te das cuenta de que es lo único que no podemos recuperar, y otras ambiciones se van atenuando.
En este proceso, y sobre todo en este momento, en el que la era digital ha tenido un salto cualitativo y cuantitativo enorme, una de las primeras acciones que nos llevan hacia ese objetivo es emprender. Con la meta de conseguir la tan ansiada libertad económica, laboral y personal, mucho nos hemos lanzado a la aventura de crear y desarrollar nuestro propio negocio.
Sin embargo, según un estudio realizado por Eurostat, el 47% de los emprendedores autónomos que ponen en marcha un proyecto fracasa a los tres años, cifra que asciende al 62% al quinto año.
Es cierto, son porcentajes poco amigables, pero lejos de desanimarnos, debe servir de motivación para trabajar en cubrir todos los aspectos esenciales que hacen a un negocio de éxito.
Como mentora, en estos últimos años he ayudado a muchos emprendedores y profesionales a lanzarse desde cero como autónomos y también a escalar negocios ya posicionados. En mi experiencia, la clave para alcanzar el éxito como dueño de un proyecto online está en:
- Contar con un plan de marketing adaptado a las necesidades de la empresa. “Estrategia” es la palabra clave, la que no pierde valor aunque la utilicemos una y otra vez cuando nos referimos al éxito de un negocio. Es la guía, los cimientos y el rumbo que debe seguir cualquier proyecto que quiera ser sostenible en el tiempo: caso contrario, quedará librado al azar. Cada acción, sobre todo aquellas que requieran inversión, tienen que tener un por qué, y deben contribuir al logro de los objetivos. Por ejemplo, un embudo de ventas.
- Pasar de Mente Ejecutante a Mente Pensante. Al contrario de lo que se cree, un emprendedor que desea ser empresario, debe, con el tiempo, alejarse de su proyecto. El por qué es simple, un negocio exitoso no debe depender solo de una persona. Por eso, a medida que una marca crece, se desarrolla, se expande, el líder debe dar paso a que un equipo pueda continuar con el funcionamiento correcto, que pueda aportar nuevas ideas, ampliar horizontes. Si un negocio se limita a ti, tú estarás limitando a tu negocio.
¿Cómo resolverlo? Comenzando a delegar. Lo sé, es un paso difícil, pero necesario.
Puedes comenzar con tareas operativas, aquellas que a ti te signifiquen mucho tiempo y pocos resultados, por ejemplo, mediante un asistente virtual.
- Tener una estructura empresarial sólida. En un mercado tan dinámico y cambiante como el actual, los negocios que perduran en el tiempo son aquellos que supieron establecer bases firmes o bien adaptarse a tiempo. Hacerlo no es tarea rápida o sencilla, pero sí es el eje que mantendrá un proyecto sostenible y rentable, no sobreviviente.
Para ello es muy necesario centrarse en procesos de organización, en cada etapa del negocio:
- Fijar objetivos específicos para evitar malgastar recursos en acciones que no tienen un fin que dará rédito.
- Definiendo una planificación anual, y si es necesario, alguna trimestral.
- Contar con estrategias de ventas.
- Analizar, optimizar y expandir líneas de productos y servicios.
- Planificar a cada paso.
Por supuesto, hay infinidad de ítems que podrían destacarse en esta labor tan compleja como enriquecedora que es emprender, pero estos aprendizajes son los que me ha dado mi experiencia. Solo aquellos negocios que cuentan con un plan estratégico logran posicionarse y mantenerse estables hasta llegar a alcanzar los objetivos de rentabilidad esperada.