El 6.32 por ciento del presupuesto de mercadotecnia en México se destina a esfuerzos de relaciones públicas, cifra que aunque con crecimientos lentos, se mantiene a la alza.
Sin embargo, sería ideal comenzar por ciertas características que ayudan a crecer el valor de una marca, ya sea personal o de una compañía, relaciones estratégicas positivas para la entidad.
Confiabilidad. Un socio debe asegurarse de que entablará una relación con una compañía o persona que tiene buena reputación, gracias a resultados reales.
Respeto. Se trata de valorar a los demás como un equipo y respetar las labores de cada cual.
Autenticidad. Se trata de ser consciente de las fortalezas y debilidades, y más aún, de reconocerlas para trabajar en ellas, eso suma valor ante los competidores por presentarse como un objeto imperfecto a la par de ellos.
Apoyo. Ayudan a los demás a tener éxito, beneficiando a una cadena de socios que a su vez son positivos para la persona o empresa.
Compromiso. La mentalidad orientada a las soluciones es una característica invaluable en los negocios.
Paciencia. Tal como lo acota Judy Robinett en “Networking Estratégico”, se trata de cultivar las relaciones y saber que se requiere de una inversión incluso de tiempo.
Capacidad de atender. Esto se refiere a la disposición de una marca de escuchar a sus consumidores y hacer algo al respecto, o a la capacidad de una persona de hacer las preguntas correctas para aprender de los demás, esto es un valor agregado en los negocios.
Inteligencia. Crean relaciones positivas, nunca negativas, pues no queman puentes en sus relaciones, sino que siempre mantienen la posibilidad de recibir apoyo.
Sociables. Atienden las relaciones personales en diferentes estratos sociales y son fuentes de energía positiva.
Conectadas. Son parte de su propia red de excelentes relaciones estratégicas.
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