La mercadotecnia segmenta, no discrimina. No somos ni seremos los malos del cuento. Que no nos echen la culpa de lo que somos. Los que discriminan y ejercen el clasismo son muchas veces los clientes y los agentes de la mercadotecnia. Las personas son clasistas, la mercadotecnia es una técnica y una táctica y por lo mismo, no ejerce valores específicos de las personas. Los que somos clasistas y racistas somos nosotros los humanos. Y más en países como el nuestro.
Muchas veces me pregunto: ¿Qué tribu urbana sería México como país? En definitiva seríamos una lobuki en 50% y wannabe en otro 50%. Somos, como país y como cultura eternamente aspiracionales, inseguros, clasistas y racistas. Así somos y es parte de nuestra identidad e idiosincrasia como nación estado. Si no comenzamos por aceptarnos y aceptarlo, no avanzaremos.
Vuelvo a la mercadotecnia. ¿La mercadotecnia y el clasismo son lo mismo? En cierto sentido sí, ¿Por qué? Por el sentido aspiracional que se la ha dado a la mercadotecnia y sus mensajes en el pasado. Afortunadamente ya no. Hoy en este siglo y en este momento ya no es necesario aspirar para ser. El bluf mertketing ha muerto. Tanto para las marcas como para los clientes.
Las marcas que prevalecerán serán las que se blinden por la inclusión de ideas, pensamientos, ideologías, gustos y preferencias. El debate será la salida de la polarización. Al debatir crecemos. Serán necesarias marcas sólidas, auténticas y congruentes que debatan con sus clientes para defender ideales y valores universalmente humanos que sean neutros y fuera de toda culpabilidad de ser diferente. No necesitamos marcas miedosas de hablar verdades con sus clientes. Necesitamos marcas que digan verdades y cumplan compromisos. La mercadotecnia no es clasista, los clasistas somos nosotros.
¿Cómo identificar a las marcas con un discurso clasista?
- Las que te prometen ser por lo que te dan.
- Las que están más preocupadas por los otros que de ti y lo que te gusta.
- Las marcas con miedo de ser o perecer ellas mismas.
- Las marcas que no se preocupan por saber quién eres en realidad. Con tus sombras, perversiones y luminosidades.
- Las marcas a las que les preocupa el qué dirán.
- Las marcas que son abiertamente materialistas.
- Las marcas que siempre usan imágenes de archivo con personas “bonitas” por consenso.
- Las marcas que no le tienen miedo a lo feo y que para ellas, lo atípico es raro.
- Las marcas que no les da miedo lo diferente.
- Las marcas vacías en su esencia.
- Las marcas que no saben de donde vienen y a donde van.
- Las marcas que no aceptan su origen.