-
Según Culture IQ, las marcas con una fuerte cultura organizacional crecen hasta cuatro veces más rápido
-
BlueLeadz apunta que también permite reducir las tasas de rotación laboral e insatisfacción de los empleados
-
Solo el 53 por ciento de las empresas han establecido una cultura basada en datos, de acuerdo con Adobe
La cultura organizacional es un concepto que está cada vez más en boga entre las compañías de las diferentes industrias. De acuerdo con Gotham Culture, esta idea se define como “las creencias, supuestos, valores y formas de interactuar que contribuyen a crear un entorno social y psicológico único”. Por su parte, el Harvard Business Review la concibe como un proceso dinámico que provee sentido a los colaboradores y establece su dinámica social.
Sin importar cómo se defina, las marcas rápidamente se han dado cuenta de la importancia de crear una cultura única y positiva. Según Chron, permite incrementar la productividad general. Asimismo, cifras recuperadas por Forbes apuntan que hasta el 94 por ciento de los ejecutivos creen que es crucial para el éxito del negocio. Myob además reafirma que, una vez alcanzada, permite una devoción de la comunidad hacia la marca que, a su vez, fomenta el compromiso.
Asimismo, facilita la adopción de tecnologías e innovaciones. Lo anterior es especialmente cierto para actividades como la recopilación y el análisis de datos. Según EConsultancy, para el 38 por ciento de las empresas es difícil implementar procesos basados en esta información por la falta de recursos internos. Así, el ISDI señala que un cambio en la cultura interna de las marcas es fundamental para esta evolución. Reafirma que necesitan seguirse cinco pasos:
Casar la estrategia con la cultura
Para que los colaboradores trabajen con ánimo para implementar el uso de datos en la organización, deben entender para qué podría funcionar. Y para eso, la compañía misma necesita saber en qué medida podría beneficiarle a su proceso de negocio el utilizar este tipo de información. Una vez que se establezca este potencial, se puede presentar una proyección a futuro para el equipo. A partir de esta visión, es que todos podrán desarrollar una estrategia.
Integrar colaboradores especializados
Ningún cambio en la cultura puede estar completo sin evangelizadores. En este sentido, las compañías deben contratar a expertos especializados en el uso de datos en una organización. Entre los más básicos se cuentan los Data Architect, los Methodologist, los CMO y los Data Scientist. Estos individuos no solo ayudarán al resto de los colaboradores a entender la importancia del cambio. También serán instrumentales para su implementación.
Desarrollar en conjunto una cultura de extracción de datos
Una vez que se tengan las bases para la estrategia de información, se deben empezar a obtener la materia prima. En este sentido, es fundamental que todas las áreas de la compañía colaboren en el desarrollo de los procesos de obtención de insights. De esta forma no solo se puede reforzar una cultura de colaboración y trabajo. También evitará que se creen peligrosos silos que, a largo plazo, afecten el flujo de soluciones y estrategias entre unidades de trabajo.
Gestionar el análisis de los insights
El segundo paso, una vez que se tenga decidido el proceso de extracción, es determinar el de procesamiento de los datos. Así como en el punto anterior, es muy importante que toda la organización colabore en este sistema. El valor añadido de este paso es que permite reafirmar una cultura basada en información. Esto se debe que, al colaborar en la compilación de dichos elementos, las distintas áreas pueden visualizar de qué manera sacar provecho a los recursos.
Consolidar la cultura alrededor de la visualización de resultados
Finalmente, todos los integrantes de la marca deben estar involucrados en el uso final de los datos. Incluso si sus unidades no pueden beneficiarse directamente de los datos, podrían prestar apoyo para que sus compañeros maximicen la utilidad de los datos. Eso sin contar que una cultura consolidada es indispensable para seguir sacándole provecho al proyecto a largo plazo. Como por ejemplo, mediante un fomento al uso innovador e ingenioso de los recursos.