Dos. No le des importancia a la forma; a la propiedad de activos; a la belleza de las oficinas o la comodidad de las prestaciones. Desdeña la nómina y al número de colaboradores. Eso sólo distrae. El Millennial puede trabajar en cafés u oficinas compartidas, en sillones de aeropuerto, restaurantes y salas de amigos. Los Millennials aman el tema en el que se encuentran sin importarles tanto la decoración del área de trabajo. Están más interesados en las personas que en las cosas. El Boomer requiere de todo lo demás y eso le incrementa costos al proyecto antes de empezar. Sin embargo, de la experiencia Boomer, ten mucho cuidado con la propiedad intelectual, ese tipo de propiedad no se puede descuidar. No dejes de echar un ojo a: ¡quién tiene qué y… cuánto de eso tiene y que hará con ello!. Analiza las porciones legales de cada cosa. Los Boomers son altamente analíticos de los conceptos de propiedad y derechos autorales. Navega el día como Millennial, acaba el proyecto como Boomer.

Tres. Piensa que lo que creas (me refiero al negocio que lanzas) con tanto amor, puede ser adquirido por una corporación. Aprende a despegarte. Piensa en inversionistas. Desarrolla y funda negocios pensando en el futuro comprador. Los Millennials, a diferencia de los Boomers, no se aferran a los proyectos (o negocios) de por vida: ¡brincan al que sigue!. Pasan como rayos de la versión 1.0 a la versión 2.1… 3.7 y así. El simple hecho de haber creado una empresa no amerita atarse a ella. Ahí está la magia del desprendimiento cuya consecuencia es la creatividad de: “lo siguiente”. Pero cuidado, planea como Boomer, pensando que la siguiente aventura puede no ocurrir: como fue el caso de “Napster” y muchas startup’s hoy difuntas. Aprende a invertir capital, a crear activos duraderos, a desarrollar equipos de trabajo, a delegar, a pensar en el futuro y a desarrollar legados financieros para las siguientes generaciones (o proyectos) como lo hacen los Boomers.

Cuatro. Los Millennials son colaborativos, trabajan en grupos, comparten ideas vaya, “se sientan juntos a trabajar” y lo hacen en un ambiente tipo “campus universitario” relajado y permisivo. Esto mantiene la sinergia social y el libre flujo de ideas que es tan importante para el éxito de las empresas de hoy. Los Millennials no necesitan paredes dentro de las oficinas que dividan a las personas pues comprenden, sin hacer consciencia, que ese flujo humano es la base del éxito. Sin embargo, los Boomers han desarrollado una estrategia de liderazgo que mantiene el timón en rumbo y la dirección adecuada en vendavales y tormentas. Desarrollan miembros de consejo y mesas directivas que funcionan cuando el líder carismático no está ya mas. Trabaja cotidianamente como Millennial, dirige la empresa como Boomer.

Cinco. Este es un consejo igual para ambas generaciones. No hagan del trabajo un fin en sí. No se traguen la farsa de que los logros financieros son la razón de ser. Disfruten el recorrido mas que el destino. Gocen del electrizante proceso de la creación y el descubrimiento mas que del resultado. John F. Kennedy en un discurso mencionó: “No creo -dijo- que la inteligencia y la madurez sean privilegios de la edad avanzada. Así como no creo que la frescura, alegría y velocidad de acción, sean prerrogativas de la edad temprana. Creo -agregó- en el carácter de la persona, ya sea joven o de edad, como la fuente de sus aciertos y desaciertos pues… los errores de juicio se cometen a cualquier edad y los grandes descubrimientos se han logrado… también a cualquier edad.