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De acuerdo con Statista, en México el ecommerce ya tiene una penetración de entre 36 y 39 por ciento de la población total
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Para finales de 2020, el usuario promedio gastará 334 dólares en estas plataformas al año
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En cuestión de pagos digitales, en el país ya se intercambian 32 mil 385 dólares al año, también en datos de la firma
Todo lo que tiene que ver con la economía digital consiguió un notable avance a raíz de la crisis sanitaria. El home office es ahora un modelo tan aceptado, que ya hay hasta líneas de ropa pensadas para este formato. También los esports han crecido enormemente tanto en aceptación como en popularidad. Y las empresas que más crecieron en este periodo están todas relacionadas con estas tecnologías. Esto aplicó también a ecommerce y pagos online.
Ya desde hace años que el comercio electrónico y las finanzas digitales eran populares. Pero de acuerdo con DataFeed Watch, crecieron notablemente a raíz de las nuevas necesidades de los consumidores. Según Expansión, solo en México el ecommerce expandió su número de ventas en un 40 por ciento gracias a la pandemia. Y en datos de Payments Source, le dió un nuevo impulso a tecnologías como los pagos contactless, que luchaban por ser aceptados.
Así pues, no hay duda alguna que el panorama a futuro del ecommerce y los pagos digitales es muy distinto al que se esperaba hace unos meses. La aceleración de esta industria implica que las empresas tuvieron que lidiar con ciertas barreras y retos mucho antes de lo que tenían planeado. No solo eso, sino que los próximos desafíos también tienen una naturaleza bastante distinta. De acuerdo con PayPal, girarán en torno a cinco claves específicas en el largo plazo:
Ecommerce y pagos digitales podrían extinguir dinero en efectivo
Uno de los grandes problemas de billetes y monedas es que son un vector perfecto para que las bacterias y otros patógenos se trasladen de un lugar a otro. En este sentido, mucha gente ha tratado de reducir en la medida de lo posible su contacto con este tipo de recursos. Claro, no siempre es posible, en especial en negocios con un bajo nivel de digitalización. Es crucial que pagos digitales y ecommerce encuentren formas alternativas para resolver este desafío.
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Confianza: Un elemento que seguirá avanzando
Uno de los grandes impedimentos tempranos al crecimiento del ecommerce y pagos digitales era la falta de confianza. La gente no podía estar segura si había alguien del otro lado de la pantalla que iba a cumplir con su parte del trato. A eso se debe sumar que las transacciones no eran estables y llevaban a errores. Hoy, este tipo de problemas son casi cosa del pasado. Sin embargo, es crucial dar a conocer estas nuevas seguridades para restaurar la confianza.
Seguridad en ecommerce y pagos digitales
Para fomentar la confianza en este sector, es indispensable contar con buenos elementos de protección. La gente no pondrá su fe ciega en una plataforma de ecommerce o en un sistema de pagos digitales a menos que sepa que sus datos están tan a salvo como sea posible. En este sentido, es crucial que las compañías realicen una inversión continua en este tipo de proyectos. Y más importante aún, que mantengan actualizadas todas sus plataformas en línea.
Digitalización e inclusión financiera
A medida que la penetración del internet y los dispositivos móviles crece, el ecommerce y los pagos digitales están mejor preparados para lidiar con el reto de la inclusión financiera. Toda la banca tradicional ha fallado a abordar rápida y eficazmente este reto porque sus sistemas de operación son lentos y difíciles de aplicar. Así pues, las plataformas en línea podrían ayudar a que más gente tenga acceso a servicios fundamentales para su crecimiento en el largo plazo.
Pagos digitales desaparecerán de ecommerce y servicios
Tal vez la evolución más importante de este sector es su eventual desaparición, al menos en términos más superficiales. Plataformas de taxis compartidos o entregas de comida ya tienen un sistema similar, donde al usuario se le cobra casi sin que se de cuenta, incrementando la conveniencia. En el futuro, la transacción será cada vez más imperceptible en el futuro. Y, en algún momento, la gente intercambiará dinero por bienes prácticamente sin siquiera pensarlo.