Nos encontramos en plena recta final del año 2021. Son pocos los eventos deportivos en los que participar que quedan en el calendario. Los últimos dos años han sido recordatorios puntuales del gran valor que tiene la salud y su fragilidad. Tanto el 2020 como el 2021 han sido años caracterizados por la pérdida de seres queridos a causa de la propagación del virus del Covid 19. Las consecuencias y efectos provocados por la pandemia quedarán marcados en la mente y el corazón de millones de personas de todo el globo.

Ante la tragedia, debemos curar las heridas, reflexionar sobre lo sucedido, registrar lecciones y encontrar fuerzas para comenzar de nuevo. Entre las grandes enseñanzas que registro se encuentra, el gran valor que tiene para el ser humano el deporte como un elemento para procurar la salud física y mental.

La actividad física en combinación con otros hábitos, permite enfrentar de mucho mejor forma los riesgos y amenazas que atentan contra nuestra salud física y mental. El fortalecimiento del sistema inmune, el cultivo de la disciplina y el entusiasmo, y la construcción de entornos saludables, son resultados que se desprenden de la cultura por la práctica deportiva. 

Por ello te invito a utilizar estos días para reflexionar acerca del gran tesoro que tenemos en la salud y de cómo el realizar alguna actividad deportiva nos ayudará a procurarla. Si ya has comenzado, vale mucho la pena fijar algunas metas que motiven la continuidad del esfuerzo. Si no lo has hecho, estos son días perfectos para hacerlo, intentando que el entusiasmo que trae consigo el arranque del año nuevo te permita arraigar un habito que te mantenga activo durante todo el año. Si fuiste de aquellos que en el 2021 comenzó y abandonó el gimnasio, esta es una oportunidad inmejorable para arrancar otra vez. 

En lo personal, al planear una nueva temporada deportiva comprendida entre enero y diciembre, busco dos objetivos: ya sea mejorar las metas de alguna de las disciplinas que practico, o salir de la rutina intentando nuevas y más largas distancias en ellas. Ambos me obligan a explotar al máximo mis capacidades, insertándome en un ciclo de mejora continua que intento me conduzca a construir una mejor versión de mí. Nunca es tarde para comenzar y el mejor momento para planear y ejecutar es ahora.