Por Luis Miguel Martínez
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Recientemente arrancó la Red de Ciencia y Tecnología para el Espacio, como parte de los esfuerzos que realiza el Consejo Nacional de la Ciencia y Tecnología (Conacyt) para fomentar la investigación aeroespacial y como apoyo directo a la recién formada Agencia Espacial Mexicana (AEM).
Destaca el bajo número de científicas e ingenieras mexicanas que participan en las iniciativas que se mencionan. Al hablar de estos temas fundamentales para el desarrollo de un país y observar la participación por género, ¿estaremos hablando de una brecha de género que se acrecenta?
El programa final de RedCyTE nos muestra cómo menos del 15% de las exposiciones fueron realizadas por mujeres. Los temas cubiertos fueron instrumentación, ciencias del espacio, percepción remota, plataformas satelitales, infraestructura para comunicaciones, industrial espacial, formación de recursos humanos.
De acuerdo con las cifras de Conacyt, las mujeres forman más del 33% de la base de investigadores en el país. Más del 47% de los becados por Conacyt son mujeres. Estas cifras son coherentes con el número de mujeres que estudian en las universidades en México, carreras de ciencia y tecnología. Particularmente en la ingeniería, el número de mujeres oscila entre 20% y 50% de la población.
Mientras tanto, en EE.UU. la National Science Foundation reporta que el 60% de las mujeres en EE.UU. asiste a la universidad, pero menos del 20% de la población de ciencia e ingeniería son mujeres. También se ha observado que en los últimos 20 años ha decrecido en la mayoría de las áreas. Sin embargo, el número de mujeres en la ciencia y la ingeniería crece a nivel de maestría y doctoral. El número de doctoras en ciencias de la computación crece a un alto ritmo, lo cuál es indicativo de que habrá más investigadoras.
En Internet el número de mujeres que generan contenido y son usuarias de redes sociales crece y ha rebasado al número de hombres. Esto sugiere al menos que desde su hogar están participando.
La primera persona que se reconoce como programadora fue una mujer, Ada, hija de Lord Byron y muy cercana a Babbage. La encantadora de números, como se le conoció a Lady Ada Lovelace, sistematizó la programación de computadoras, aun cuando estas no existían. Tal vez, el problema de género se resolvería con inspiración como estas mujeres.
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