Internacional.- La creatividad y el diseño industrial al servicio del medio ambiente. Comenzaron a funcionar en Xian (China) dos camiones con cañones de niebla que sirven para limpiar el aire contaminado. En 2015 se instalaron otros en Beijing.
La contaminación es un grave problema en las grandes ciudades del mundo, pero en China ha llegado a ser dramático. Es por esto que el gobierno intenta por todos los medios posibles hallar maneras de solucionarlo.
Una de las formas que más llama la atención es el que funciona desde esta semana en Xian, una ciudad al noroeste chino con 3,2 millones de habitantes. Consiste en cañones de niebla colocados sobre camiones que apuntan a reducir los niveles de partículas nocivas PM2.5 y el polvo en suspensión.
El mismo sistema ya se aplica desde 2015 en Beijing, con “un interesante éxito”, refleja el People.cn este viernes. También hay camiones en Guigang, en la provincia de Guangxi, y en Changsha y Zhuzhou, en la provincia de Hunan.
Los sopladores móviles, también conocidos como sistemas de supresión de polvo, están diseñados para amortiguar el aire y controlar las partículas. Normalmente se los encentra en depósitos de carbón y en sitios industriales donde el polvo es un problema, pero ahora han salido a las ciudades.
“Los cañones de niebla son un equipamiento de uso común en algunas industrias cuya actividad produce muchas partículas en suspensión, como las cementeras o las canteras a cielo abierto. El principio por el que funcionan es simple. Se trata de turbinas que nebulizan agua y la proyectan al aire”, publicó Gizmodo.
Estas gotas, diminutas por cierto, se pegan a las partículas contaminantes y les suman volumen y peso, lo que las hace demasiado grandes como para que puedan ser respiradas y causar daño a los pulmones.
Según se explica, no provoca lluvia sobre las áreas en las que trabaja y alcanza los 120 metros de distancia y hasta 60 metros hacia arriba. El operador, desde la cabina, puede girar el cañón en 270 grados con un control remoto.
Cuando el camión pasa, el aire “toma un aspecto limpio y brillante”, dice el Beijing Morning Post, que describe que hace un recorrido preestablecido dos o tres veces al día.
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