El liderazgo de Nike, la marca de ropa y artículos deportivos, es indiscutible tanto en Estados Unidos como en casi todos los países en los que opera, con cifras de participación de mercado muy por encima de su más cercana competidora, Adidas. Pero hay un mercado que se le resiste, que prefiere a la marca alemana, y no es un mercado cualquiera: China. 

De acuerdo con el diario Financial Times, Nike posee una participación en el mercado de calzado deportivo de más del 60 por ciento en su mercado doméstico, con ganancias de 30 mil 600 millones de dólares, mientras que Adidas tiene sólo un 4.4 por ciento, con ganancias de alrededor de 15 mil millones de dólares.

Según SportsOneSource, Nike tiene un brand awareness del 93 por ciento entre hombres estadounidenses, mientras que Adidas tiene un 87 por ciento, Reebok un 76 por ciento, Puma un 74 y New Balance un 68. Entre las mujeres, las cifras para Nike son incluso mejores, con un 97 por ciento de brand awareness y un 91 para Adidas.

Pese a esta ventaja, Adidas ha experimentado un crecimiento sin precedentes en la Gran China, que incluye a Hing Kong, Macau y Taiwan). De acuerdo con Euromonitor, en aquella región, Adidas ha pasado de tener una participación de 8.5 a un 13.8 por ciento entre 2011 y 2015 (un crecimiento de 5.3 por ciento en cuatro años). En el mismo periodo, Nike ha crecido en esa parte del mundo sólo un 3.1 por ciento, según cifras de Euromonitor. Sólo en 2015, las ventas de Adidas en China crecieron un 18.4 por ciento con respecto al año anterior.

Este crecimiento, según los expertos, se debe a que Adidas se ha diversificado como una marca que no sólo vende ropa deportiva. El analista James Roy, de la firma China Market Research Group, dijo a Quartz que el reciente éxito de Adidas se debe a que se a enfocado a vender aquellos productos que realmente se venden mejor. La compañía se concentró en ropa deportiva para mujeres, así como ropa casual, y abrió tiendas en ciudades secundarias de China, no sólo en las grandes metrópolis.

Su estrategia de marketing, señala Quartz, consistió en asociarse con celebridades locales como la actriz Fan Bingbing o el cantante Eason Chen, como embajadores de marca.

La estrategia ha funcionado, por lo menos en China, que es hoy la segunda mayor economía del mundo y por lo tanto un mercado muy importante para cualquier marca.