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Para 1990, cuando se publicó la primer edición de Fortune 500, no había ninguna empresa china en la lista
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El editor jefe de esta publicación, Cliff Lead, señaló que la edición de este año es una muestra del crecimiento del país
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Sin embargo, también puntualizó que refleja cómo se entrelazan las actividades de Pekín y Washington en el comercio global
Todo el mundo está al pendiente de la guerra comercial entre Estados Unidos (EEUU) y China, y no solo por sus implicaciones en el resto del mundo. El conflicto, incluyendo prohibiciones, impuestos y ruptura de relaciones, no parece inclinarse a favor de Washington, como querría el presidente Trump. Por el contrario, parece que esta pelea solo ha logrado consolidar el poderío de Pekín. Una muestra del cada vez más inminente final se puede ver ahora en la Fortune 500.
De acuerdo con People Daily, hace unas horas que se publicó la lista Global 500 de la revista Fortune, con las empresas más exitosas a escala global. En la edición de este año, la líder fue la norteamericana Walmart. Pero no solo los siguientes lugares fueron ocupados por los titanes chinos Sinopec, State Grid y China National Petroleum. De hecho el número de marcas de este país asiático fue más grande que la cifra de negocios cuyas operaciones radican en los EEUU.
En total, considerando las empresas en China continental, Taiwán y Hong Kong, las marcas de origen chino en la Fortune 500 suman 133. Por el contrario, las marcas de EEUU apenas son 121 en la edición de este año. No solo eso, sino que en información de Milenio e Imagen, las empresas Xiaomi y Huawei, duramente golpeadas por el conflicto comercial con Washington, de hecho escalaron de lugar. Subieron, respectivamente, tres y 12 posiciones frente a 2019.
Lo que significa el Fortune 500 para la guerra China-EEUU
No es la primera vez que un evento más o menos independiente parece demostrar que Pekín tiene la delantera en su conflicto con Washington. Por ejemplo, Trump tuvo que pedir ayuda al Pentágono para asegurar el suministro de minerales raros tras su rencilla con China. Como sus ataques contra Huawei no han dado resultado, el ex-magnate extendió su campaña a TikTok y otras marcas asiáticas en la bolsa. Incluso se discutió sobre el corte de cadenas de suministro.
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Pero hay que analizar con detenimiento los resultados de Fortune 500. Hay que reconocer que, en cuestión de la guerra comercial entre China y EEUU, no es un indicador particularmente eficaz para medir quién está ganado o perdiendo. La economía de ambas naciones es mucho más grande que sus compañías más exitosas. Y los efectos del conflicto de hecho tienden a ser aún más graves para los negocios de menor tamaño, con baja posibilidad de adaptación.
A la vez, no se puede negar que el Fortune 500 es una muestra de que el enfoque de EEUU para hundir a las empresas más grandes de China no ha sido efectivo. No solo las marcas a las que les declaró abiertamente la guerra están consiguiendo escalar posiciones. Muchas otras pequeñas compañías están surgiendo como rivales para desafiar el poderío comercial de Washington a escala global. Es evidente que Trump necesita cambiar de enfoque, y pronto.
La otra cara de la moneda
También sería necio no admitir que China no ha tenido derrotas que ayudan a opacar al “éxito” de haber quedado a la cabeza en la Fortune 500. Por ejemplo, México ha dicho que quiere aprovechar el conflicto con EEUU para robarle al país asiático su lugar como “la fábrica del mundo”. Hay gobiernos que temen que los problemas de Huawei no estén ni siquiera cerca de terminar o resolverse. A eso se deben sumar los estragos de la pandemia en su capacidad.
Realmente el conflicto entre China y EEUU, independientemente quién “gane” en la Fortune 500, no será positiva para el mercado internacional. De acuerdo con Knoema, las tarifas que se han impuesto en ambos lados están subiendo los precios de muchos productos. Según PIIE, aunque algunos países están ganado, casi todas las industrias se han tenido que adaptar al nuevo entorno. Y Global Trade cree que sectores como automotriz serán los más afectados.