El comercio entre México y China ha mostrado aspectos positivos en la actividad económica mexicana, aumentando la disponibilidad de insumos y bienes de consumo. Sin embargo, al mismo tiempo ha generado una mayor vulnerabilidad en el sector externo de la economía mexicana, ya que las exportaciones e importaciones con el gigante asiático han ido en aumento año tras año, así como la inversión extranjera directa (IED) proveniente de ese país, lo que ha convertido a China en el segundo socio comercial más importante de México, representando las importaciones provenientes de dicho país el 20% del total del comercio importado.
México importó desde China productos por un valor de $81,501 millones de dólares, mientras que exportó a China productos por un valor de $18,800 millones de dólares, lo que generó un desbalance comercial de 62,700 millones de dólares, en donde los principales estados que recibieron mercancías de China son la Ciudad de México, Chihuahua y Jalisco.
Por su parte, los principales estados con mayor exportación a China son Sonora, la Ciudad de México y Puebla. Los principales productos que se exportaron, son, en primer lugar, bienes manufacturados, con el 89.8% del total; seguidos por los productos petroleros, con el 4.6%; productos agropecuarios, con el 3.8%; y los minerales y productos de extracción no petroleros con el 1.8%
Durante el año 2024, el comercio entre ambos países creció un 12.3%. China participó con el 20.7% de las importaciones y con el 1.6% de las exportaciones mexicanas. Estas últimas se distribuyeron de la siguiente manera: Durante el primer semestre de 2024, las exportaciones provenientes de China alcanzaron los $61,000 millones de dólares, siendo los equipos celulares los productos más exportados, al igual que en 2023.
Todo lo anterior refleja una robusta relación entre México y China para las importaciones industriales, automotrices y tecnológicas.
La administración del presidente Donald Trump está exigiendo a México imponer aranceles a las importaciones chinas como una condición para evitar la aplicación del gravamen del 25% a las exportaciones mexicanas, que se impondrá a partir del 2 de abril, con el argumento de que los países no han hecho lo suficiente para frenar el paso de drogas provenientes de China que pasan por México para finalmente llegar a Estados Unidos.
Con esta medida, la economía mexicana podría presentar movimientos en otros sectores económicos como la inversión, las exportaciones y la competitividad a causa de estos aranceles y lo que significan, que es el impuesto adicional por bienes que se importen y exporten. Más allá, incremento del 25% en los precios podría llevar a México a enfrentar retos debido al posible encarecimiento de productos, lo cual puede generar costos extra para las empresas y un efecto dominó que podría resultar en pérdida de empleo y menor poder adquisitivo, además de una posible disminución del intercambio comercial entre China y México.
Si México decide actuar bajo la presión estadounidense, nuestra relación con el gigante asiático se vería amenazada. Hay que hacer notar que aunque México no asumió compromisos específicos con China, ambas partes acordaron establecer un grupo de trabajo bilateral para seguir explorando temas comerciales y arancelarios.