Las cosas para H&M lucen complejas. Lo que comenzó como la defensa de un grupo minoritario y la intención de la marca por alejarse de una polémica relacionada con supuestos trabajos forzados, ahora la tienen contra las cuerdas en uno de sus principales mercados tanto en términos de consumo como de producción.
El problema está fuertemente relacionado con los uigures, musulmanes que hablan una lengua turca y que constituyen poco menos de la mitad de los 25 millones de habitantes que se contabilizan en la región de Xinjiang, en China.
Los antecedentes
Desde hace varios años, esta localidad china ha sufrido atentados contra la población que han sido atribuidos a esta población, razón por la cual las autoridades de Pekín han impuesto una vigilancia policial drástica en esta zona.
No obstante, las medidas tomadas por este gobierno han sido duramente criticas desde otras partes del planeta. Y es que diversas investigaciones firmadas por organizaciones e institutos tanto estadounidenses como australianos han denunciado que como parte de estas medidas de contención cuando menos un millón de uigures han sido confinados en “campamentos” desde donde se someten a “trabajos forzados” principalmente en los campos de algodón de la región que abastecen a una parte interesante de las marcas de moda que operan en aquel país.
Ante estas acusaciones, H&M decidió plantar postura asegurando que limitaría el uso de meterías primas provenientes de Xinjiang al tiempo que sentenció este tipo de supuestas prácticas.
Este pronunciamiento, que se ha sumado al de otras grandes firmas como Nike, ahora ha comenzado a tener consecuencias para la cadena de fast fashion.
Fuera del mapa digital
En días recientes, China consiguió prácticamente desparecer del mapa digital la presencia de la marca sueca. Los productos de H&M desparecieron de las principales plataformas de comercio electrónico en China como Alibaba y JD.com; adicional sus 500 puntos de venta en el mencionado país asiático en Chinamapas de Alibaba, Baidu y Apple Maps así como de la plataforma de viajes compartidos Didi.
Esta fue la respuesta y la lección que las autoridades chinas decidieron dar a H&M por involucrarse con una postura contraria al problema del algodón.
Hace unos días se publicó un mensaje publicado en la red social Weibo por el Comité Central de la Liga de las Juventudes Comunistas de China, en el que se acusaba a H&M de “querer boicotear el algodón chino”.
Lo cierto es que para H&M este problema llega en un momento complejo, en donde reactivar sus ingresos ha sido un proceso lento, en el que las pérdidas se mantiene como la constante.
En números rojos
Cuando menos así se deja ver en su reporte financiero más reciente, en el que se indica que la cadena textil perdió mil 070 millones de coronas suecas (122 millones de dólares) entre diciembre de 2020 y febrero de 2021, periodo que corresponde al primer trimestre fiscal para la multinacional. Esta cifra se contamine a un beneficio neto de mil 928 millones de coronas (220 millones de dólares) alcanzados en el mismo periodo del año anterior.
Esto es resultado del cierre temporal de muchas de sus tiendas, que aun en estos momentos se mantiene en ciertos mercados.
De manera puntual, H&M aseguró que como parte de las restricciones impuestas por la llamada segunda ola del Covid-19, permanecieron cerradas mil 800 puntos de venta, lo que representa el 36 por ciento del total, mientas que ahora mismo continuan sin operar cerca de mil 500 establecimientos; es decir, un 30 por ciento.
Ante este escenario el boicot que se vive en China no es menor, toda vez que este país representa para el gigante sueco su cuarto mercado más importantes con ventas cercanas a los 280 millones de euros registradas al último trimestre de 2020.