Se puede percibir algo de alivio entre los inversores internacionales. Y no es para menos, con la guerra comercial entre los Estados Unidos y China cada vez más confirmada, había una posibilidad que, de concretarse, generaría un verdadero caos financiero internacional: la devaluación del yuan.
Sin embargo, el primer ministro chino Li Keqiang dijo este miércoles en una audiencia con ejecutivos que China no debilitará el yuan para, de esa forma, impulsar el comercio con el resto del mundo ante la segura caída del intercambio con los Estados Unidos.
“China nunca irá por el camino de estimular las exportaciones devaluando su moneda”, dijo exactamente.
Sus comentarios se produjeron un día después de que Estados Unidos y China anunciaran que impondrán más aranceles sobre las exportaciones del otro, a partir de la próxima semana.
Primero fue Donald Trump, que este lunes dijo que sumará US$ 200.000 millones al volumen gravado con tarifas, y luego Pekin respondió con nuevos aranceles.
Esos anuncios llevarán el valor de los bienes afectados por aranceles en el conflicto a más de US$ 360.000 millones.
Pero hay más: Trump ya amenazó con sumar otros US$ 267.000 millones en productos chinos arancelados.
No acorralen a China
China, que compra mucho menos desde Estados Unidos que a la inversa, está empezando a quedarse sin productos estadounidenses a los que apuntar, esto hizo crecer las especulaciones sobre qué otras medidas podría tomar para contraatacar.
Dejar depreciar la moneda podría ser un arma. Sin embargo, no sería la estrategia que utilizará, de acuerdo con lo que dijo Li.
“La depreciación de nuestra moneda sólo generará más daño que beneficios a nuestro país”, dijo durante un discurso en un evento del Foro Económico Mundial en la ciudad de Tianjin, en el norte de China. Y los inversores mundiales respiraron aliviados.
El yuan ha perdido valor frente al dólar a medida que avanza la puja comercial y que ésta se ha intensificado. De hecho, ya retrocedió alrededor del 9% de su valor desde abril. Sin embargo, una devaluación brusca (como las que implementaron Argentina y Turquía, por ejemplo) generaría un verdadero caos financiero internacional.
El propio Trump ha estado acusando a China de devaluar a propósito el yuan para impulsar su enorme industria exportadora. En julio, dijo que China estaba “manipulando” su moneda a la baja.
Li descartó esa idea el miércoles. “Las recientes fluctuaciones en el tipo de cambio han sido vistas por algunos como una medida intencional por parte de China”, dijo. “Esto no es verdad”.
Es verdad que el gobierno chino juega un papel importante en la determinación del valor del yuan. En general, los economistas coinciden en que Pekín mantuvo la moneda artificialmente baja en el pasado, pero no entienden que la intervención del gobierno la haya reducido más de lo habitual frente al dólar este año.
Dicen que la escalada de la guerra comercial con los Estados Unidos y las preocupaciones sobre una desaceleración de la economía china son las causas que han empujado el yuan hacia abajo.
A esto se suma que la Reserva Federal de Estados Unidos está subiendo constantemente las tasas de interés. Esa política hace que sea más atractivo para los inversores mantener los activos en dólares estadounidenses, lo que los llevó a vender otras monedas.
Hay que recordar que las caídas del yuan en 2015 y a principios de 2016 agitaron los mercados mundiales a medida que el dinero salió de la economía china. En esos meses, Pekin gastó cientos de miles de millones de dólares para apuntalarlo.
