Donald Trump podrá ser el presidente de Estados Unidos; sin embargo, no dejará de hacer grandes negocios, o al menos su nombre no dejará de hacerlo.
El gobierno de China ha aprobado preliminarmente 38 marcas Trump registradas, una decisión que prepara el camino para que el mandatario estadounidense y su familia puedan emprender diversos negocios que van desde hoteles y aseguradoras hasta servicios de guardaespaldas y escoltas, según documentos citados por la agencia AP.
La representación legal del empresario neoyorquino inició los registros de las marcas en abril de 2016, en un momento en el que el entonces candidato presidencial republicano acusaba a China de manipular el tipo de cambio y por robar empleos a los estadounidenses.
Algunos opositores de la administración Trump señalan que el crecimiento de su cartera de marcas registradas en China genera “graves” conflictos de interés.
La Oficina de Marcas Registradas de China publicó las aprobaciones preliminares entre el 27 de febrero y el 6 de marzo.
Si no hay objeciones, las marcas quedarán formalmente registradas en 90 días. Todas menos tres llevan el apellido del presidente. Ya hay una marca Trump en China de servicios para la construcción, la cual fue registrada el 14 de febrero.
Las marcas registradas abarcan spas, salones de masaje, palos de golf, hoteles, seguros, compañías financieras e inmobiliarias, tiendas minoristas, restaurantes, bares y servicios de guardaespaldas y escoltas.
Si Donald Trump recibe un trato especial al obtener los derechos de marca registrada, sería una violación de la Constitución de Estados Unidos, que prohíbe en la novena sección que los funcionarios acepten objetos de valor de gobiernos extranjeros sin la aprobación del Congreso.
Los temores sobre posibles conflictos de interés son particularmente agudos en lo relacionado con China, donde la burocracia y los tribunales están diseñados para reflejar la voluntad del Partido Comunista gobernante.