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A escala internacional, Suecia, Reino Unido y Estados Unidos son los países más atractivos para la inversión extranjera
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Incluso con sus fallas, el Milken Institute reconoce a México como un ejemplo para el resto de los países en la región
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Esto porque, como Chile, sus calificaciones no son perfectas, pero tienen un nivel similar de satisfacción, haciéndolo un destino muy estable
La inversión extranjera directa siempre ha sido importante para todos los países, en especial aquellos considerados “en vías de desarrollo” o “emergentes”. México entra en esta categoría, lo que hace un poco preocupante su posición en el nuevo ranking de Milken Institute. Para su más reciente edición del Global Opportunity Index, el país se colocó entre los cinco mejores en atractivo para la inversión extranjera de América Latina. Sin embargo, no tiene el mejor lugar.
Por encima de México se posicionan Chile, Uruguay y Costa Rica. Si bien en el pilar negocios tiene una solidez superior a la mayoría de estos países de América Latina, se queda atrás en el resto de las áreas analizadas. Tanto en Economía, Servicios financieros, Marco institucional y Estándares internacionales, el país se desempeña peor que sus vecinos regionales. Esto, aún cuando es reconocido, por su economía, como una de las naciones más grandes de la zona.
Hablando de América Latina en general, no solo de México, el Milken Institute apuntó que toda la región tiene un desempeño promedio más alto que otras regiones emergentes. Lo anterior es por dos factores clave: Su fuerza de trabajo calificada y la amplitud y profundidad de sus estructuras financieras. Sin embargo, reconoce también que la zona ha sido cada vez menos capaz de atraer inversiones la última década, en parte por la dificultad de empezar un negocio.
¿Un problema para México?
Por años, la inversión extranjera ha sido vista como uno de los más importantes indicadores de la evolución económica de México. De hecho, Santander lo reconoce como uno de los países más abiertos a los proyectos productivos de otras naciones. Si bien, por volumen de transacciones, se colocaba en 2020 como el decimoquinto lugar más grande a escala global, no es universalmente popular. Muchas de las iniciativas vienen de Canadá y Estados Unidos.
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A eso se debe sumar que en los últimos meses, la inversión extranjera en México ha lidiado con un par de topes, en parte a raíz de la pandemia. En estimaciones de la UNCTAD, citadas por El Economista, el flujo de dinero de otros países hacia la República cayó en un ocho por ciento durante 2020. Esto, a pesar que naciones al estilo de China e India de hecho habrían aumentado sus participaciones en el transcurso de los difíciles meses de la crisis sanitaria.
Si bien el panorama que pinta el Milken Institute y la UNCTAD parece desolador, puede que 2021 sea mucho más positivo para México. De acuerdo con Forbes, muchos agentes ven en la inversión extranjera una oportunidad para salir de la crisis económica que fue causada por la COVID-19. Sin embargo, sí se ve como necesario que el Gobierno federal, y en específico la Secretaría de Economía, construyan un entorno de inversión mucho más favorable y atractivo.
La economía nacional post-COVID
A más de un mes de haber iniciado el 2021 y con la pandemia aún en curso, la situación de México luce complicada en muchos frentes, no solo en la inversión extranjera. Hace apenas poco más de una semana, el INEGI dio a conocer su estimación oportuna para el PIB para el 2020. Sus cálculos indican que la economía se habría desplomado en un 8.5 por ciento con respecto a 2019. Aunque aún no es la cifra final, no debería estar demasiado alejada de ella.
No solo es en el aspecto económico que México está pasando por un mal momento. Aún con el énfasis del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en el bienestar social, el Social Progress Imperative calculó en diciembre que este indicador iba a la baja en México. En una buena parte de los estados del país, no hay un avance significativo con respecto al 2019. Y en la capital y Campeche, aunque la economía es mejor, no se traduce en mayor calidad de vida.