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La exhibición se convirtió en un caso más de influencers siendo mostrados en sus intentos de crear contenidos sin pagar por lo que consumen en negocios como restaurantes.
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Esta práctica ha desvirtuado la naturaleza de los influencers, haciendo que malas prácticas sean comunes entre estas personalidades.
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La exhibición que el chef hizo de una influencer se suma a otros casos donde empresarias revelan la manera de operar de las influencers, que contratan en colaboraciones que acaban mal.
Una influencer colombiana fue exhibida por un chef, quien mostró cómo operan estas personalidades para obtener alimentos gratis a cambio de contenidos.
Edgar Núñez es un conocido chef cabeza de locales como el Comedor Jacinta o Sud 777 y por años ha mantenido una lucha en contra de los influencers, quienes piden comida gratis a cambio de contenido.
La estrategia usada por Núñez es exhibirlos a través de redes sociales, cuando estos lo contactan para solicitarle la oportunidad de colaborar, solo que el caso de esta ocasión es singular, ya que la influencer expuesta ha respondido a la estrategia del cocinero.
Todo empezó cuando Nuñez publicó el mensaje enviado por Vale Fails, quien cuenta con cerca de 40 mil seguidores en su cuenta de Instagram. El chef adelantó que presentaba el caso como parte de su sección de “gorrones internacionales”.
Lo que terminó revelando es la estrategia que muchas de las personalidades de redes sociales usan, para generar contenidos. Su forma de operar es simple, envían mensajes por redes sociales con los locales de comida, anunciándoles que estarán de visita en lugares estratégicos. En el caso de Fails anunció que se encontraría visitando México.
Cuando adelantan su visita, les venden la idea de que el negocio formará parte de la experiencia de contenido que van a publicar, a lo que proponen realizar una colaboración, sin mencionar que no pagarán por el consumo en el lugar y simplemente ofreciendo recomendaciones de estos lugares y advirtiendo que se trata de locales de interés para su estrategia.
Tras ser evidenciada, Vals, quien por cierto publicó Stories de su visita a Carajillo, lugar que se viralizó en redes por una hamburguesa bañada en queso amarillo, lamentó que haya publicado su intento de colaboración.
En su respuesta Vale explica a Nuñez que como influencer contacta a varios restaurantes para hacer contenido, le adelantó que todo estaba super bien y que tras la difusión de su propuesta de colaborar, estaba recibiendo mensajes de odio, por lo que le pidió mirar en su corazón y razonar si exponer a influencers era correcto.
Y en mi gustada sección, gorrones internacionales, llego esta señorita a mi redacción. #BuenJueves pic.twitter.com/E2tCb01AI1
— édgar núñez i magaña (@EdgarNunezM) January 21, 2022
O sea el que tiene odio y mal en su corazón soy yo?!? O sea yo soy el que está mal por quemar a los come gratis? Jajaja Que le pasa a la gente … ?? pic.twitter.com/o0DxlqaV2s
— édgar núñez i magaña (@EdgarNunezM) January 21, 2022
Intercambios, la última moneda de cambio
Los intercambios son ya en una moneda de cambio entre influencers y locales comerciales, lo que rompe con la naturaleza de estas personalidades, basada en crear contenidos nativos.
Una personalidad que vende la idea de crear contenidos objetivos es Alan por el mundo, quien asegura que no acepta pagos por menciones intencionadas, por lo que garantiza que todas sus experiencias en lugares u hoteles reflejan al 100 por ciento su opinión personal y no está determinada por el local que lo invita o paga.
Al margen de este caso, hace unos días reportamos la denuncia que la empresaria Fernanda Gotte hizo en sus redes sociales, al recordar un incidente en que había contratado los servicios de una influencer, de quien dijo, contaba con su entera confianza ya que creía en los contenidos que publicaba.
El caso evidenció cómo operan estas personalidades, con tarifarios según tipos de contenidos realizados y la intervención de representantes, así como pidiéndole palabras o detalles que son usados en el script que leen al hablar del producto.
Gotte se dijo decepcionada de colaborar con estas personalidades, no solo porque no se cumplieron las menciones contratadas, sino porque se habló de su producto sin haberlo probado en realidad, ya que este le fue devuelto.
De lo nativo a toda una industria
La influencia que surgió porque personalidades de redes comenzaron a amasar seguidores por compartir sus experiencias en todo tipo de escenarios, dando recomendaciones o puntos de vista sobre servicios o productos se ha terminado por convertir en una industria que empresarias como Gotte han calificado de “ciberedecanes”.
Ya no se cumplen los principios que dieron origen a la influencia y esto ha obligado a que regiones como el mercado europeo implementen políticas de transparencia, a las cuales obligan a los influencers a garantizar la naturaleza de los contenidos que difunden.
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