Todos hemos escuchado la frase “divide y vencerás” de Julio César, que tiene 2mil años de antigüedad y actualmente sigue vigente y aplicándose en muchas áreas de la vida. El origen de esta frase viene de los romanos, cuando conquistaban ciertos territorios; para evitar que se rebelaran o formaran un frente común entre ellos, firmaban tratados con cada pueblo de manera individual, jamás lo hacían en conjunto, lo que les daba derechos y condiciones diferentes en cada caso.

¿Eres Chairo o Fifí?
Desafortunadamente esto es una pregunta común entre los mexicanos hoy en día, producto de la división y la segmentación de clases provocada por el propio presidente de la república.

Los Fifís
Aunque López Obrador ha buscado crear esas divisiones entre la gente desde que contendía por la gobernatura de Tabasco en la década de los 90´s, la de “Chairos vs Fifís” comenzó en septiembre de 2017, utilizando el argumento ad hominem, al llamar “Fifí” a la prensa que publicaba críticas a él, sus encuestas, sus cifras o su gobierno.
Ante la falta de argumentos, descalifica al contrincante.  A partir de ahí la polarización que ya era evidente, creció de una manera nunca antes vista.

El ad hominem tampoco es algo exclusivo del Tabasqueño, Donald Trump, Nicolás Maduro, Evo Morales, Kim Jong Un lo han hecho parte de su estrategia política cuando no logran salir bien librados de las críticas.

La expresión “Fifí” es común escucharla en el discurso de López Obrador. El 26 de mayo de 2019, durante la conferencia matutina, AMLO dijo:

“Yo no inventé lo de Fifí, se usó para caracterizar a quienes se opusieron al presidente Madero. Los fifís fueron los que quemaron la casa de Madero, fueron los que hicieron una celebración en las calles cuando los militares lo  asesinaron.”
Dijo también que son “fantoches, conservadores, sabelotodos, hipócritas, doble cara”, en referencia a quienes salieron a las calles a celebrar el asesinato de Madero. “Había toda una prensa que apoyaba esa postura”.
El presidente ha utilizado otros adjetivos para referirse a sus rivales, como “Pirrurris”, “Puchos”, “Machuchón”, etc.

En ocasiones es complicado entender las expresiones del presidente, por utilizar localismos, principalmente del Sureste del país, lo cual llevó a la creación del “Diccionario de Pejismos” donde se trata de explicar las palabras y frases utilizadas por López Obrador en sus apariciones públicas.

Los Chairos
Hoy a los que llaman “Chairos”, son aquellos que apoyan incondicionalmente a López Obrador, defendiendo cualquier acción y atacando a todo aquél que hable en su contra. Tienen como bandera la pobreza en contra del opresor con dinero, tomando como base dos frases dichas por AMLO, la primera: “Por el bien de todos, primero los pobres”, durante su discurso de investidura en la cámara de diputados el 1 de diciembre de 2018 y la segunda es la expresión “La mafia del poder”, haciendo referencia a un grupo de políticos y empresarios que según él, durante décadas controlaron a México.

El Colegio de México(COLMEX), publicó en su Diccionario del Español en México, una definición para el término “Chairo”, donde lo define como: “sustantivo y adjetivo de tipo ofensivo el cual hace referencia a aquella persona que defiende causas que van en contra de las tendencias políticas de derecha”.
Para algunos esta definición del COLMEX es un intento de reivindicar al movimiento de izquierda, ya que la definición oficial o anterior de Chariro es:  “persona que se autosatisface con sus actitudes”, este término se puede utilizar para referirse al individuo que se genera placer a sí mismo, sin necesidad de estar en contacto con otra persona, en pocas palabras se masturba.

Polarización social como estrategia política
Dividir y contrastar la opinión de la gente no es algo nuevo, en política se viene haciendo hace mucho tiempo y es una práctica muy común en el comunismo, donde forzosamente debemos voltear a ver la doctrina marxista, cuyo fundamento principal es el de la lucha de clases.

Siguiendo en esta línea, en 1920 Lenin proclamaba: “Cada hombre debe elegir entre nuestro lado o el otro lado”, una adaptación de la frase del antiguo testamento(Mateo 12:30) dicha por Jesús:  “El que no está conmigo está en mi contra”.

Polarizar no es algo nuevo, es una práctica muy antigua que sirve más para una ofensiva en donde revelamos de forma clara al enemigo e impulsamos a los aliados para atacarlo.
El problema que yo veo con este tipo de estrategias en el mundo moderno, es que no hay control sobre esa polarización, gracias al entorno digital, los radicales no tienen una medida de control, ya que operan de manera autónoma después de recibir el estímulo a favor o en contra, ósea para atacar o defender.
Otro problema y este es aún más serio, es que sin polarización se desmorona la estrategia, lo cual impide que haya un acuerdo o un punto medio, ya que siempre debe haber un enemigo del cual defenderse a toda costa. La historia nos ha mostrado esta escena en diferentes etapas y lugares, desde Cuba, Venezuela, Brazil, España y recientemente lo vemos con EU y la política de Trump.

Adonde vamos a parar como sociedad, si todo el tiempo necesitamos un enemigo en frente contra quien pelear, y cómo podemos llegar a un acuerdo, si el acuerdo es estar en contra unos con otros.
El simple hecho de saberte de un bando o del otro genera polarización, división y enemistad, cuando lo que nos debe unir es el nacionalismo y  el amor por la patria.
Si el presidente fracasa, es el país entero el que sufre;  pero si triunfa, somos todos los que nos beneficiamos con ello.
Podemos no estar de acuerdo con la persona, sus ideas y sus acciones, pero no dejemos que eso nos divida como mexicanos. La frase “La unión hace la fuerza” es igual de antigua(1668), escrita por Esopo en su fábula “El viejo y sus hijos” y decía “Todo poder es débil, a menos que permanezca unido”.

Hoy tenemos la opción de unirnos pensando en un bien mayor, superior a cada uno en lo individual, dejando de contrastar, para encontrar los matices y puntos medios.

Propongo que hoy en pro de la unidad, todos seamos “ChairoFifís” y celebremos ser mexicanos.

El conocimiento que no se comparte, pierde por completo su valor.