Buenos Aires, Argentina.- La industria textil la está pasando mal en la Argentina. La apertura de las importaciones y el derrumbe del consumo interno determinaron el cierre de la fábrica que producía para la marca Puma.
La compañía Herzo, aliada de Puma, anunció el cierre de su planta en Concarán, a 150 kilómetros de San Luis, al centro-oeste argentino. Resultado: despidió a casi 200 operarios.
Herzo era una de las primeras industrias radicadas en esa provincia en 1986, bajo un régimen de promoción industrial lanzado para generar empleo en zonas alejadas de la Capital Federal. El pequeño pueblo, de no más de 2.000 habitantes, está desesperado.
Las causas del cierre requieren un análisis más amplio y profundo que un simple tema de oferta y demanda. Una de las claves es la apertura de importaciones, una práctica que se acrecentó con el gobierno de Mauricio Macri y está generando muchos problemas en vastos sectores de la producción.
La importación con aranceles bajos o nulos limita a las compañías que producen en el país, porque no pueden competir en precio con sus rivales.
Por otra parte, la pérdida del poder adquisitivo y la reducción del mercado interno. El consumo sigue bajando en la Argentina desde comienzos de 2016 y nada hace prever que repunte. Sólo en supermercados se habla de una caída de entre el 5 y el 7 por ciento interanual.
En este contexto, según el análisis de diferentes consultoras, “la fabricación de productos textiles registró una baja de alrededor del 6 por ciento en los primeros nueve meses del año 2016, en comparación con igual período de 2015”, publicó Clarín. En el mismo contexto, las importaciones de prendas de vestir subieron casi un 15 por ciento.
Problema grave
Herzo estaba abocada a la fabricación de productos para la marca deportiva Puma y ya había amenazado con cerrar en junio. En ese entonces, Marcelo Iglesias, responsable de la planta dijo a El Liberal: “La situación se empezó a complicar a partir de diciembre de 2015, cuando se abrieron las importaciones y todo lo que nosotros fabricamos ahora Puma lo trae de afuera, y los precios a los que eso entra al país hacen que nosotros no podamos competir”.
El panorama es negro para las empresas textiles en Argentina. En septiembre pasado, N&Platex cerró su fábrica de hilados en la provincia de Chaco (al noreste del país), que funcionaba desde hace 20 años. La razón es la misma: “El CEO de la que es una de las empresas textiles más grandes del país, Teddy Karagozian, señaló que la medida obedece a la fuerte caída de la demanda que se combinó con un aumento de las importaciones”, publicó iProfesional.