Para la historia de la Argentina será recordado como el único periódico que denunció el genocidio durante la dictadura en los años 70 en la Argentina. Estamos hablando del Buenos Aires Herald, que cerró luego de 140 años de publicaciones consecutivas.
Este centenario diario, escrito en su totalidad en inglés, nació en 1876 para informar a la numerosa comunidad británica en Argentina –comerciantes, industriales, granjeros, constructores del ferrocarril–. En su rica historia tuvo varios dueños extranjeros, y a partir de 2007 se sucedieron los propietarios locales como Sergio Szpolski, y al año siguiente, Orlando Vignatti, que lo sostuvo hasta 2015, cuando el Grupo Indalo adquirió la mayoría de la editorial Amfin y sumó el Buenos Aires Herald, Ámbito Financiero y El Ciudadano, de Rosario, analiza La Nación.
Fue el único que se atrevió a denunciar las violaciones de los derechos humanos y las desapariciones ocurridas durante la dictadura militar entre 1976 y 1983. “Los periódicos argentinos, presionados por la dictadura, ocultaban los delitos de lesa humanidad. Y los periodistas del Herald, en especial su director, Robert Cox, y su mano derecha, James Neilson, se jugaban literalmente la vida para contar lo que hacían esos Ford Falcon que se llevaban a la gente de sus casas para no volver jamás”, cuenta El País.
“El Herald” no dejó nunca de contar esas atrocidades, pese a las amenazas que forzaron a Cox a abandonar el país.
Según Cox le contó a El País, tener un editor estadounidense, un país con el que la dictadura quería tener buenas relaciones, “lo salvó y le permitió salir cada día con historias que nadie más se atrevía a contar”. “El editor siempre me apoyó. Los medios argentinos silenciaron todo. Un día, poco después de empezar la dictadura, me llevaron a ver a [Jorge Rafael] Videla, que se mostró muy amable. Me dijo ‘los demás periodistas entienden la situación, no sé por qué ustedes no’”, contó Cox, que vive en Charlesto, Estados Unidos.
De hecho, las madres de los desaparecidos que iban a la prensa, sin resultado, eran aconsejadas por periodistas locales para que fueran “a los locos de los ingleses, que publican todo”. Los locos eran los del Herald.
“En Argentina hay muy buenos periodistas, pero el problema son los dueños. El Herald hizo buen periodismo hasta el final, pero tenía malos dueños”, le dijo Cox al El País.
Después de varias crisis e intentos por mantenerlo en formato digital, el Herald, un decano que nació poco después del histórico La Nación, se apagó definitivamente el lunes.