Hace algunos meses escribí una columna relacionada con el rol que el AgroMarketing tendrá en la post pandemia (click aquí) y hoy le comparto una reflexión cada vez más sonora: ¿qué tan rápido estamos regresando a ver al cliente en nuestras industrias?, ¿qué daños colaterales traerá consigo “estacionarnos” en la comunicación virtual?
Al igual que todo el mundo (literalmente), seguramente usted y yo dejamos de viajar para visitar puntos de venta, atender reuniones con nuestros grupos de trabajo en alguna localidad y muy probablemente detuvimos nuestras visitas al cliente alrededor del mes de marzo del año 2020.
Sin duda alguna la industria de la salud no se detuvo pues no solo fue (y sigue siendo) relevante y sumamente visible, sino que nos tuvo mas que nunca al pendiente de los pasos que daba, los heroicos esfuerzos del personal médico para proporcionar la atención necesaria a los miles de pacientes que enfermos y confundidos, buscaban ayuda al tiempo que su estabilidad emocional se impactaba hora tras hora y el cansancio extremo los hacía su presa.
Sin duda hay un antes y un después en cuanto a la relación de enfermeras, camilleros, médicos y personal hospitalario en su conjunto con toda la sociedad. Un abrazo respetuoso para ellos y a las familias de quienes además perdieron a un ser querido en esa batalla.
En otro frente y sin tantos reflectores, de manera casi silenciosa, la agricultura siguió su curso con cientos de barreras como la disponibilidad de insumos por la afectación en los procesos logísticos, productores de frutas y verduras que vivían con la dificultad de distribuir sus cosechas de manera local y ni qué decir de las exportaciones, al tiempo que el consumo registraba comportamientos muy variables por las mismas restricciones derivadas por la pandemia.
No olvidemos que lo que recién le describo, estimado lector, se une a las más de 40 decisiones que típicamente los agricultores deben tomar en un ciclo agrícola convencional y a los problemas que implica el cambio climático, el financiamiento, la disponibilidad de agua, la inseguridad, entre muchas otras.
Entonces ¿de qué nos estamos perdiendo cada momento que no podemos hacer contacto con nuestro mercado? ¿estamos a tiempo de retomar el camino?
Sensibilidad: Dependiendo de cómo esté construido su modelo de negocio, en el agro es impensable no hacer contacto con el cliente y como mencionaba un respetado gerente regional de negocio: “no me puedo confiar solo al contacto a través de la pantalla, necesito volver a ‘leer’ las reacciones del distribuidor y de los agricultores frente a frente”.
Y no se trata de esoterismo, energía o leer el aura sino de apegarse a los básicos de las relaciones interpersonales y a la más pura comunicación, tal y como lo señala Barbara Tijerina, autora del libro Lenguaje sin Palabras, quien me compartió en una entrevista que “para establecer una comunicación que llegue al otro, tiene que haber congruencia entre lo que dices, lo que haces y lo que muestras”. Aquí puede usted encontrar este y otros interesantes conceptos de la autora.
Apertura: Nadie queremos estar lejos del mercado y los intentos valiosos y honestos de establecer un vínculo por medio de la virtualidad, tendrán siempre un límite que no suplirá el encuentro cara a cara.
Por la mañana, uno de mis compañeros en el área comercial me hacía saber que estaría viajando esta misma semana a una de las regiones del país para visitar agricultores y tener conversaciones individuales con miembros del equipo.
Lo valioso en este esperado reencuentro será mantener la escucha activa, permitir que indistintamente clientes y compañeros puedan expresar sus puntos de vista sobre las más recientes noticias en la localidad y sus expectativas respecto de esta etapa de transición.
No debemos olvidar hacer un recuento de lo vivido en los meses más recientes porque cada uno tuvimos experiencias que pueden ser totalmente diferentes entre sí.
Empoderando al equipo: El equipo basado en cada localidad es y seguirá siendo el contacto principal con nuestros clientes por lo que darles su lugar y reconocer la labor en este periodo de aislamiento, es fundamental.
Si bien muchos de nosotros fuimos afortunados para poder realizar un trabajo en el esquema de home office, volver a establecer un contacto personal con los grupos de trabajo es lamentablemente una circunstancia temporal pues no podemos ignorar que todos estamos explorando poco a poco el regreso a una nueva normalidad.
Insisto mucho en reconocer y enaltecer la labor de nuestros equipos en el campo de batalla pues es gracias a ellos que podemos construir propuestas de comunicación valiosas para que nuestras marcas sigan en la consideración y preferencia de los clientes.
Sembrando reflexión
Seamos claros: el fiel de la balanza se va a inclinar no solo hacia aquellas marcas que sean capaces de comunicar sus productos o servicios con más rapidez y eficiencia, sino quienes sean más veloces y sensibles con sus clientes para, de esta manera, “madrugar” a sus adversarios.
La agricultura es un terreno maravilloso y hasta cierto punto privilegiado pues tenemos constante contacto con los clientes y nos podemos poner “en sus botas” de manera más frecuente con quienes nos privilegian con su preferencia, sin embargo, todos estaremos a su acecho (positivamente hablando) sin descuidar los protocolos sanitarios para estrechar su mano nuevamente.
No deje de contarme cómo se vislumbran los meses próximos en su industria en @soyjuanbecerril ya sea en Twitter, Facebook o Instagram y en mi canal de YouTube para seguir este maravilloso diálogo. Le aprecio su tiempo.