El mercado de fabricación de turbinas de aviones quedó gravemente herido luego de la pandemia de Covid-19. Los principales jugadores del sector, Safran, Rolls-Royce, Raytheon Technologies Corporation, General Electric Company y CFM International padecieron fuertes derrumbes de producción y ventas desde el comienzo de la pandemia y, mås de dos años después, no terminan de recuperarse.
Safran, por caso, uno de los principales fabricantes de motores de aviones del mundo, vio caer sus ingresos un 35 por ciento, lo que llevĂł a la empresa a reestructurar sus operaciones. Entre otras medidas, redujo su plantilla en 10 mil personas.
Raytheon Technologies Corporation tambiĂ©n vio caer sus ingresos por la pandemia: caĂda de ingresos del 25 por ciento y reducciĂłn de empleados.
General Electric Company tampoco escapó al golpe pandémico: menos facturación y reestructuración completa con despidos masivos.
CFM International, una empresa conjunta entre General Electric Company y Safran, también se vio golpeada por la pandemia.
Rolls-Royce, otro jugador clave en el mercado de fabricaciĂłn de motores de aviones, es uno de los mĂĄs afectados. Tanto, que su nuevo CEO, Tufan Erginbilgic, les dio un mensaje muy duro a sus empleados. Las palabras fueron contundentes y, por estas horas, estĂĄn dando la vuelta al mundo en las redes.
El CEO de Rolls-Royce y un escenario complejo
SegĂșn publica este viernes el Financial Times, Erginbilgic le dijo al personal de la principal planta britĂĄnica de Rolls-Royce en Derby que el rendimiento de la compañĂa era “insostenible” y que se enfrentaba a una “Ășltima oportunidad” para hacer cambios.
Rolls-Royce, cuyas turbinas y sistemas se usan en aviones de Airbus y Boeing, asĂ como en barcos, submarinos y en la generaciĂłn de energĂa, dijo luego en un comunicado que el CEO fue “honesto” hablando de “la necesidad de mejorar el rendimiento de la marca”.
“Fue honesto sobre nuestro bajo rendimiento financiero en comparaciĂłn con nuestros rivales”, dijo Rolls-Royce en el comunicado que recibiĂł el FT.
Ante este panorama, las acciones de Rolls-Royce se desplomaron un 5 por ciento.
Como el resto de las compañĂas del sector, Rolls-Royce se vio afectada por una fuerte crisis cuando los viajes aĂ©reos se detuvieron en los meses mĂĄs cerrados de la pandemia. El problema no sĂłlo fue en esos meses, lo grave es que la recuperaciĂłn fue demasiado lenta y los fabricantes de aviones no volvieron a comprar motores como antes de 2020.
Los analistas tambiĂ©n dicen que su principal competidor en el sector de los aviones de fuselaje ancho, la compañĂa de los Estados Unidos GE, recuperĂł la rentabilidad mĂĄs rĂĄpido.
En los Ășltimos tres meses, las acciones de Rolls-Royce subieron 40 por ciento impulsadas por el regreso de la demanda de viajes y la reapertura de China, pero se teme que sea un espejismo.
Algunos analistas hablan de una adquisiciĂłn por parte de otra firma del sector. Pero hay dudas, Gran Bretaña posee una “acciĂłn de oro” en Rolls-Royce, lo que significa que el gobierno puede bloquear una venta. Es que la marca es importante para la capacidad militar del Reino Unido.
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