- Donald Trump dijo que las importaciones desde México serán menores en un potencial segundo mandato.
- También dijo que aplicará aranceles a los vehículos fabricados por empresas chinas en México si es reelegido.
- El CEO de Stellantis advirtió que deshacer el acuerdo comercial tendría consecuencias negativas, como inflación en los precios de los vehículos y una posible ola de inmigrantes.
Carlos Tavares, el CEO de Stellantis, compañía que agrupa a Chrysler y FCA, lanzó un llamado de alerta sobre eventuales cambios en el acuerdo comercial entre Estados Unidos y México.
En este sentido, Tavares dijo que las camionetas podrían volverse inaccesibles para los consumidores estadounidenses.
¿Por qué? Porque el precandidato a presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sugirió que reduciría el volumen de importaciones desde la frontera sur en caso de ser reelegido.
En efecto, en un mitin político realizado el mes pasado en el estado de Ohio, Trump dijo que, si volviera a ocupar la presidencia, impediría la entrada de vehículos fabricados por empresas chinas que provengan de México.
Esta declaración surgió en respuesta a los planes de BYD, la gigante china de los autos eléctricos, de establecer una nueva planta de vehículos en México (te hablamos de esto en Merca2.0).
Donald Trump podría cambiar la relación entre México y EEUU
“Si soy elegido, no podrán vender esos autos”, afirmó Trump en el mitin.
Asimismo, planteó la posibilidad de imponer aranceles del 50 al 100 por ciento a los modelos chinos que ingresen a Estados Unidos.
Tavares, CEO de Stellantis, el conglomerado dueño de marcas como Chrysler, Jeep y RAM, dijo este sábado 27 de abril que deshacer el acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá sería perjudicial para ambas partes.
Señaló que, además de incrementarse los precios de los vehículos, esta medida podría provocar una mayor oleada de inmigrantes mexicanos hacia Estados Unidos.
“La primera consecuencia evidente sería una inflación, ya que si se interrumpe el suministro de productos competitivos en costos, sus precios se dispararían y, luego, los precios al consumidor se elevarían”, explicó.
“Entonces, la clase media ya no tendría acceso a adquirir camionetas”, advirtió.
Además, preguntó sobre “¿qué sucederá entonces con los mexicanos que queden desempleados?”.
CEO de Stellantis advierte sobre ideas de Trump
El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) está programado para que se realice una “revisión” en 2026, lo que podría dar lugar a cambios en sus términos.
No obstante, algunos ejecutivos del sector automotriz occidental consideran en privado que si Trump fuera reelegido en noviembre, podría revisar o incluso desechar el acuerdo.
Ante esta incertidumbre, varios grupos automotrices han comenzado a elaborar planes de contingencia en relación con sus plantas e inversiones.
“Nuestra expectativa es que la frontera se cierre efectivamente”, afirmó un alto ejecutivo. “Por lo tanto, debemos estar preparados para ello”, publica The Financial Times.
Las industrias automotriz y de autopartes en México emplean a casi un millón de personas y dependen en gran medida del acceso al mercado de Estados Unidos.
Dos tercios de la producción automotriz mexicana se destinan a la exportación hacia Estados Unidos, mientras que muchas fábricas automotrices estadounidenses dependen de las plantas de componentes en México para obtener partes a un menor costo.
Tratado T-MEC
La industria automotriz del país comenzó a florecer luego de la implementación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte en 1994, el cual permitió que automóviles y piezas viajaran entre Estados Unidos y México sin aranceles.
Durante el primer mandato de Trump, el acuerdo fue renegociado como el T-MEC.
BYD, que ya comercializa automóviles en México, planea erigir una planta automotriz local, lo que le proporcionaría una base para abastecer el lucrativo mercado estadounidense.
Tavares también advirtió que los consumidores estadounidenses podrían estar dispuestos a optar por marcas automotrices chinas, a pesar de las tensiones geopolíticas entre ambas naciones.
“Si observamos a Estados Unidos, todos tienden a creer que está protegido y que [los chinos] no entrarán”, dijo. “Pero en la década de 1970 llegaron los japoneses, en los años 90 los coreanos, y si no puedes mantener accesibles tus camionetas, tienes un problema”.
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