Hoy en día, la censura de un comercial de televisión puede generar mucho más alcance y cobertura de medios, sobre todo de las redes sociales empezando por YouTube, debido a la polémica, morbo o curiosidad.
La publicidad que atente contra la dignidad de otra persona o marca, el sexo explícito, las actitudes racistas o la burla hacia las creencias religiosas esta prohibida diría yo en todos los países. Aún así, muchas marcas se aprovechan de esto para generar la polémica y dirigirla al centro de sus campañas y saben que una censura a tiempo es la mejor manera de darle difusión al mensaje. Yo me pregunto ¿Esta estrategia está planeada o es producto de la casualidad o la ignorancia?
El año pasado escribí mi columna sobre “El minuto de publicidad más caro del mundo” donde las marcas realizan inversiones estratosféricas en la producción de sus comerciales y, sobre todo, en el pago por tiempo aire durante el Super Bowl. Este año, la final movió más anuncios y más dinero. Según un estudio de la consultora Kantar Media, el precio de un anuncio de 30 segundos aumentó entre tres y cinco veces en la última década. Para este partido, cada comercial costó alrededor de 4 millones de dólares.Los consumidores esperan ansiosos el momento de la publicidad para ver los nuevos anuncios de sus patrocinadores preferidos para disfrutarlos y/o debatirlos.
En este año durante el Super Bowl XLVIII del pasado 2 de febrero, jugado en el MetLife Stadium de East Rutherford en New Jersey quien se llevó el mayor número de comentarios y no por haber pagado más, fue el polémico comercial de la marca israelí Sodastream protagonizado por la actriz Scarlett Johansson.
El tema es que el anuncio no fue censurado por la cadena FOX porque fuera muy provocativo o porque la actriz estuviera enseñando sus atributos físicos en forma impúdica no, fue porque en el anuncio el personaje hacía, al final del mismo, referencia a Pepsi y Coca-Cola, marcas que invirtieron mucho más dinero como anunciantes en el evento, incluso Pepsi, que es el patrocinador dentro del show de medio tiempo del partido.
Claro que Sodastream aprovechó estratégicamente el “veto” e hizo una jugada maestra pues días antes del partido se viralizó el comercial original/ completo/ sin cortes, como “víctima de una censura” por el canal de Youtube.
Les dejo algunas métricas sobre el número de views que tiene el comercial de Coca-Cola (8,331,28411) y el de Sodastream (11,774,886) hasta este momento, también una gráfica de búsquedas en Google por la marca.
Ustedes juzguen si es o no ético o está fuera de la ética publicitaria el hacer algo así.