Alguien alguna vez dijo… “Sà le vas a mentir a una mujer, jamás lo hagas de frente pues, seguramente te va a descubrir”. Es de todos (los expertos) sabido que el género femenino se encuentra mucho más capacitado en la lectura del lenguaje del cuerpo que su contraparte. La crianza y el posterior cuidado de la estirpe, le habilita en esta lectura cotidiana y su destreza se extiende a toda la familia, incluida la pareja. ¡Yo no quiero que le mientas a nadie y menos a tu pareja!, sin embargo, tampoco quiero que tu lenguaje corporal emita la equivocada impresión de que mientes (cuando no) y/o, luzcas insegur@ de lo que tu lenguaje verbal emite (cuando no lo estás).