Aunque la web 3.0 es muy nueva, ya tiene una amplia historia que contar. La Blockchain 1.0, cuyo principal y casi único representante es Bitcoin, tiene como uso principal el hacer transacciones de forma descentralizada.
La blockchain nos permite, por primera vez en la historia, tener propiedad digital. Esta propiedad está representada por NFTs, que son contratos inteligentes, programables y que funcionan como certificados de propiedad.
¿Tienes la impresión de que todo avanza muy rápido últimamente? En el Metaverso, esta sensación es mucho más evidente. En muy poco tiempo han pasado muchas cosas. Lo que hoy es relevante, mañana puede no serlo tanto.
Uno de los principales beneficios del Metaverso, es que en él es posible tener propiedad digital real. Esta propiedad digital está representada por los famosos NFTs, que son contratos, o certificados de propiedad, inteligentes.
A los seres humanos nos gusta coleccionar artículos hermosos y únicos, cuando menos raros. Este tipo de proyectos no son nuevos. Desde hace mucho tiempo, las personas han coleccionado arte, timbres postales, llaveros, latas de cerveza y prácticamente, cualquier cosa. Incluso en entornos digitales, ya somos capaces de tener colecciones.
A lo largo de la historia, los seres humanos siempre hemos creado juegos para divertirnos y aprender. Con el paso del tiempo han evolucionado hasta convertirse en complejos desarrollos digitales.
La industria de los videojuegos está viviendo una de las revoluciones más grandes en su historia. Gracias al Metaverso, los videojuegos ahora son verdaderas economías win – win, para todos sus participantes.
Una de las características del Metaverso, o la web 3.0, es que ahora los usuarios pueden comprar, vender o transferir activos digitales; como nombres de dominio, arte digital, objetos 3D, criptomonedas, entre otros.
El Metaverso está conformado por sistemas o redes blockchain. Dentro de estos sistemas hay miles de planetas o proyectos subyacentes.
El Metaverso, al ser un concepto abstracto, hace que sea más difícil de entender: es más difícil saber qué es en realidad. Para ayudarnos con esto, es necesario crear una imagen representativa, que nos permita dimensionarlo en su máxima expresión. Aquí surge la pregunta ¿Cómo sería el Metaverso si pudiéramos verlo?
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