
Era por ahí de Abril del 2013 cuando ya llevaba yo unos 2 años siendo muy constante en mis publicaciones en Twitter. Ya había entendido que, no necesariamente se debe generar contenido propio. Si en un inicio no tienes como (o no es tu intención final), lo importante es compartir el relevante, aunque sea de otros autores.
Como estrategas digitales sabemos que Facebook es uno de los canales más importantes para generar empatía y meter a los clientes en el embudo de conversión. Como ya sabemos, el primer paso de ese embudo es la atracción, sin ella estamos fritos.
Muchos estarán de acuerdo conmigo que el hacer reportes puede ser la tarea menos creativa y más fastidiosa de todo el trabajo que implica el marketing digital, pero es una actividad indispensable a la hora de presentar resultados contundentes de que el trabajo que estamos realizando está dando o no los resultados esperados según los KPI que definimos. Los reportes son la clave para demostrar nuestro trabajo.
Hay cifras recientes (del Content Marketing Institute) que indican que el marketing de contenido tiene un éxito de apenas el 30%. Esto es un poco alarmante en momentos en que todos vociferamos que se trata de una estrategia exitosa. Y si lo es, pero quizá el problema se deba en cómo la estamos implementando.
Uno de los más grandes errores cuando hacemos campañas de marketing digital es tomar en cuenta un único tipo generacional como público objetivo: los famosos millennials. Y dejamos a un lado las demás generaciones que también cuentan por su poder adquisitivo y por su alta participación en redes sociales, entre otras cosas.
Repitan conmigo: tener un website no es un lujo, es una necesidad. ¿Ya lo tienen? Ok. Entonces repitan: tener un website con los elementos necesarios es lo que nos ayudará a tener una “conversion rate” positiva, osea en español plano: ¡Ventas!
En los más de 15 años que llevo emprendiendo (con éxitos, fracasos, sueños y falta de rumbo) se me pierden de vista las innumerables veces que he estado en reuniones con gente que me han invitado a formar parte de su sueño, de ese “negocio millonario”. A esas veces, además, debo sumarle las listas y listas de ideas de negocio que he visto, identificado o que simplemente se me han ocurrido a mi solita (montones). Si nos pagaran por ese tiempo invertido + ítems de esas listas, no necesitaríamos tener más negocios. ¡Ya seríamos millonarios!
Todos podemos estar de acuerdo que anteriormente los puestos gerenciales (no sólo en marketing) eran bastante “planificables” y algo predecibles para ser efectivos. Lo tradicional era establecer unas metas al inicio de año, manejar de manera efectiva presupuestos/proyectos en tiempo/forma y conseguir los resultados establecidos. ¡Qué días aquellos!
Según estudios, para el año 2020 (ya muy cerca) existirán más de 500 mil nuevos empleos relacionados con la economía digital, eso sólo en Europa, en el resto del mundo se estiman otros tantos más. Con todo eso me pregunto ¿tiene sentido hablar de “marketing digital” cuando prácticamente todos los mercados son o van a ser digitales?
Bueno, debo reconocer que eché mano a un título un poco polémico aunque quizá no lo sea tanto… por un lado, la verdad es que si seguimos creando contenido a lo tonto (nada más por cumplir) lo único que vamos a lograr es perder tiempo y dinero, aparte de contribuir a la saturación digital, cansar a nuestros clientes y alejar más aún a nuestros prospectos. Si no vamos a dar algo de valor, calladitos nos vemos más bonitos.
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