En realidad, Âża quiĂ©n le gustan los problemas? ¡Francamente a nadie! Estar frente a un problema, supone que las cosas no sucedieron como lo habĂamos planeado, que quizá no hicimos las cosas suficientemente bien, o que quizá las circunstancias no fueron las mejores para nuestra empresa, proyecto o situaciĂłn personal/pareja/familiar, y solemos abrumarnos mentalmente con los aspectos negativos de la situaciĂłn y entonces comienzan las preguntas Âżpor quĂ© a mi?, Âżpor quĂ© tuvo que pasar esto?, Âżpor quĂ© a mi empresa?, preguntas que en general se quedan sin respuesta y no hacen otra cosa más que hundirnos más en el mar de nuestras preocupaciones.