Imagine usted estimado lector la siguiente escena: una joven mujer embarazada sale huyendo de una maternidad recientemente bombardeada por el ejército ruso en la ciudad de Mariúpol. Luce heridas en la cara y abraza con fuerza una manta contra su vientre, el miedo se percibe en su rostro; ya en la calle, a salvo, se ven escenas de destrucción que provocó el obús.
Pues bien, esta imagen que tomó un fotoperiodista de la agencia Associated Press, se convirtió en una de las fotografías más icónicas de la guerra entre Rusia y Ucrania y ha provocado una fuerte campaña de desinformación de parte de Rusia que la acusa de fingir la situación.
La imagen se globalizó rápidamente y fue entonces cuando aparecieron en un canal de Telegram pro- Kremlin, las falsas acusaciones de que la foto había sido “una puesta en escena”.
Esta fotografía, que bien puede ser candidata al premio Pulitzer, muestra el apremio de una sociedad que de pronto se ve sumida en una catastrófica guerra, pero también nos muestra, la capacidad y la inclinación de un país para diseñar campañas de desinformación y confundir así al mundo. Las últimas acciones tienen nombre y consecuencias: la POSVERDAD.
La Posverdad, es el fenómeno que se produce cuando los hechos objetivos tienen menos influencias en definir la opinión pública que los que se refieren a la emoción y a las creencias personales. En una palabra, impera más la emoción que la razón.
Durante la presidencia de Donald Trump, el concepto posverdad tuvo un gran eco, toda vez que trató de explicar el instinto y la sensación anti- establischment que catapultó a Trump en el 2016 al salón oval, y también llevó a Inglaterra a escenificar encuentros y desencuentros en torno al Brexit que llevó finalmente a sus ciudadanos a no ser más parte de la Unión Europea. Un hecho político y socio-económico del que hoy muchos ingleses se arrepienten.
¿Qué llevó a las fuerzas rusas a minimizar y tergiversar el efecto que tuvo la fotografía de Marianna en el mundo?
La respuesta a esta interrogante gira en torno al alto nivel de sensibilidad que este tipo de escenas provoca en la sociedad. ¿A quién le gusta ver a una joven mujer (29 años) embarazada huyendo para proteger a su hijo de las balas enemigas?
La misma Marianna deja clara la estrategia rusa al decir: “Mi foto fue utilizada para diseminar mentiras sobre la guerra”. Al sobrevivir al ataque, que es lo que deberíamos estar festinando, nuestro personaje de la semana enfrentó la otra agresión: la desinformación y la hostilidad contra ella y los suyos.
Queda claro entonces la descalificación del hecho al utilizar la posverdad que ha dejado atrás la verdad, como en la posmodernidad se pretendía superar la modernidad.
Los fenómenos que acompañan a la posverdad como la mentira, ignorancia, desinformación, populismo, negacionismo y propaganda propician la idea del engaño masivo.
Recordemos hoy otra de las fotografías – icono como la de la niña vietnamita que corre junto con otros niños huyendo del Napalm. Durante 40 años hemos mantenido viva esa historia.
Siempre una imagen hablará más que mil palabras.
Nos encontraremos más adelante.
Federico Torres López.